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Xbox One y el traspié mediático de Microsoft

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Hace unos días se llevó acabo la presentación oficial de la nueva consola de Microsoft, el Xbox One. Siguiendo el mismo modelo de presentación que vimos en febrero para mostrar los primeros detalles del PlayStation 4, Microsoft arrancó con videos de marketing emocional, celebridades y promesas, mientras todos los asistentes (prensa en su mayoría) veían todo tornarse verde de a pocos hasta que se pudo ver la consola; algo que en el show de Sony no se llegó a concretar. Ante el mundo, Microsoft estaba a punto de ganarse una ligera ventaja.

Pero esto no pasó. El primer vistazo al nuevo Xbox fue a un artefacto soso y aburrido, al que ya muchos han comparado con una genérica caja de cable, o peor aún, con un Betamax. Y lo que luego vimos en este show de malas decisiones y desinformación no mejoró las cosas, ni para la compañía de Steve Balmer ni para los fans acérrimos del Xbox 360 que vieron, algunos con espanto, como el futuro de su console gaming no tenía nada de prometedor y sí mucho de restrictivo.

xboxone_consoleDecirle “soso y aburrido” al Xbox One no es exagerar. El diseño de la consola no es de lo más inspirado que se ha visto en esta industria. No tiene color ni curvas atractivas; nada que lo asocie a una era de la electrónica en la que el iPhone es ejemplo de buen diseño y el Wii resalta por su aspecto futurista y divertido. El Xbox One parece haber sido diseñado para pasar desapercibido, para camuflarse entre reproductores de DVD, home theaters y el decodificador de tu TV.  Tampoco parece ser muy práctico que digamos. La mitad superior de la carcasa es un enorme escape de aire, o sea que nada podría ir encima de ella. Ojalá y pueda pararse lado (NUEVO: ya fue confirmado que no podrá). Y que decir del nombre, que confundió a más de un medio gamer y seguro a muchos de ustedes. En cuestión de poder gráfico no vimos ni un solo tech-demo propio (de eso se encargó Activision), pero sí vimos specs que se acercaban a los que anunció Sony para su PS4.

Con el control nadie parece tener problemas. Es más, en ciertos aspectos luce mejor que el actual control de X360. Trae un D-pad mejorado (“decente” ya es una mejora), gatillos con vibración independiente, y mejores botones y sticks. Punto en contra: el control aun usa pilas. Microsoft debe tener muchos battery packs que vendernos. El nuevo Kinect también ha sido mejorado con una cámara a 1080p y software mucho más avanzado. El diseño exterior emula a la consola, desafortunadamente. Pero lo más chocante es que Xbox One requerirá que la cámara Kinect esté conectada a la consola para poder funcionar. Mis pesadillas con 2001: Odisea en el Espacio poco a poco se van materializando.

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Pero la peor parte estaba aún por llegar: Microsoft empezó a vender su nueva consola como un sistema de entretenimiento global en el que el contenido televisivo parece ser el elemento predominante. ¿Qué hace el Xbox One? Cambiar de TV a Game con comandos de voz. O sea, lo mismo que ya podemos hacer hoy oprimiendo un botón. En el video de entrada, una de las frases que más me chocó fue “ahora tú y tu TV tendrán una relación” (amical y hasta romántica, según sugería el video). ¿Y ese es el camino que quiere seguir Microsoft? Antes de ver algún juego o desarrollador importante tuvimos que comernos el discurso de Bonnie Ross, cabeza de 343 Industries, y quien anunciaba que el próximo proyecto de la franquicia Halo sería una serie de TV. No un juego, no un spinoff, no un maldito social game siquiera. No, una serie de TV. Producida por Steven Spielberg, pero una serie de TV al fin y al cabo.

xboxone_dogLos juegos llegaron luego… Y EN VIDEO. Primero el nuevo Forza Motorsport 5, luego Electronic Arts con sus infaltables FIFA, UFC y Madden. Ninguno se ganó el público. Activision trató de salvar el show con el primer vistazo a su nuevo Call of Duty Ghosts. El resultado tampoco fue el esperado. Ni las palabras alentadoras de su productor nos hicieron creer que su nuevo motor gráfico era increíblemente superior a lo visto en el último Modern Warfare. Mejoras hubo, pero no las que muchos esperábamos. Lo más llamativo fue la inclusión de perros de combate en el juego; algo que ya se hizo viral en redes sociales como “lo único que valió la pena ver en todo el show del Xbox One”. Sí, hay que ser justos y aceptar que esto seguramente será lo mismo que veremos en PS4, pero Activision estaba ahí para inclinar la balanza a favor de Microsoft. Y no lo logró. Tal vez el único título interesante fue Quantum Break (de los creadores de Alan Wake), que traía secuencias de video live-action… que parecían sacadas de una serie de TV. A estas alturas, ya me estaba cansando.

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¿Dije antes que lo peor fue la presentación? Estaba equivocado. El mayor error, y lo que definió esta conferencia por encima de sus pocos aciertos, fue el pésimo manejo mediático por parte de Microsoft. Detalles como “los juegos usados”,  el “always online” y otros más no se tocaron en la conferencia, pero se dejaron para el post-show. Y esto mostró el punto más flaco de toda la organización. Las respuestas a varios medios importantes (IGN, Kotaku,  Wired, Polygon, etc.) se contradecían unas a otras, relacionistas públicos desmentían las declaraciones del mismísimo vicepresidente de Microsoft, tweets de MS Suport entraban en la colada con nuevas versiones y aclaraciones; un caos. Y hoy, tres días después del evento, esas preguntas siguen sin respuesta: ¿Podré prestar mis juegos? ¿Habrá que pagar por usar juegos prestados? ¿Tendré que conectarme online cada 24 horas como mínimo? Peor aún, las respuestas “oficiales” son ambiguas: “Sí puedes prestar tus juegos, pero con ciertas condiciones”, “sí puedes jugar juegos usados, pero pagando una cantidad que aún no sabemos”, “no hace falta que estés todo el día conectado, pero seguramente una vez al día como mínimo”.

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No quiero caer pesado por seguir trayendo a Sony a la discusión, pero el contraste con lo sucedido en febrero es innegable. En la conferencia de Sony sólo una persona estaba autorizada para aclarar estas importantes dudas: Shuhei Yoshida, presidente de SCE Worldwide Studios, y nadie más. No Relaciones Públicas, ni el encargado de Redes Sociales de Sony ni el propio Kaz Hirai. Un solo plan para todo y las cosas claras.

Este debió ser el día más largo en la historia del equipo Xbox, ocupado en controlar el daño que causaron por una clara falta de preparación mediática y por mostrar un producto que, al menos basado en lo que vimos, no resulta atractivo ni en hardware ni en servicios. Y mucho menos en juegos. Cierto, no sabemos mucho de la consola. Pero lo que Microsoft decidió exponer hizo más daño que bien y es lo que aquí, y en otros medios gamer, está bajo análisis.

 

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Ya muchos salieron a decir que este es el fin de la “supremacía Xbox” y que este mal show causó un daño irreparable. Yo, personalmente, no creo que sea para tanto. Este ha sido un golpe MEDIÁTICO que debe subsanarse. Y no me malinterpreten; ha sido un golpe muy fuerte y reflotar el bote le va a costar a Microsoft mucho dinero y meses de arduo trabajo. Pero tal vez con lo que se guardaron para el E3 logren recuperar terreno.

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