The Last of Us Part 1 | Análisis
Anunciado en junio de este año —luego de muchos rumores—, The Last of Us Part 1 llega a PS5 prometiendo un número de mejoras sobre el original de PS3 y su remaster de PS4. Desde que se vió el primer trailer, la opinión del público gamer ha estado dividida por su parecido cercano a las versiones que lo preceden. ¿Es un remake innecesario? ¿O acaso la memoria nos está jugando una mala pasada? ¿Vale la pena todo el hype y sobretodo, el elevado precio que está pidiendo Sony? Eso es lo que averiguaremos en este análisis. Y para ayudarnos con esto, debemos emprender un viaje. Un viaje a una galaxia muy, muy lejana.
Deja Vú
The Last of Us Part 1 me recuerda a Star Wars. En 1997, Lucasfilm estrenó en salas de cine Star Wars: Special Edition, una remasterización digital de la famosa saga de aventuras espaciales de finales de los setentas. En este re-trabajo de los filmes originales (A New Hope, The Empire Strikes Back y Return of the Jedi) se incluyeron nuevas escenas y nuevos elementos que la entonces «novedosa» tecnología del CGI podía ofrecer. Pero claro, con estos cambios también llegaron las críticas. «¿Hace falta mejorar Star Wars?», «¿Porque arreglar lo que no está roto?» y por supuesto, «Estas ediciones son innecesarias».
Al relanzamiento de The Last of Us para PS5 lo siento cuanto menos, similar. Se trata de un obra idolatrada, adelantada a su tiempo y para la que sus seguidores exigen un inusual respeto. Algunos fans ven este remake como algo innecesario, sobretodo comparado con el remaster de 2014 en PS4, al que yo, personalmente, considero la versión definitiva.
El estudio desarrollador Naughty Dog se ha pasado lás últimas semanas exponiendo las muchas mejoras y el «re-trabajo desde cero» que han entregado en el remake de TLoU. Y bien explicados, estos cambios tienen todo el sentido del mundo. Como dijimos antes, la memoria a veces nos juega sucio, pero también hay que ser objetivo: Unas mejoras visuales no debería merecerle el sticker de «juego nuevo» a un título que está por cumplir una década y está pasando por tres generaciones de hardware.
Cambios merecidos (y sí, necesarios)
Para simplificar las cosas —y a la vez complicarnos más— vamos por partes: El apartado gráfico de Part 1 es su carta de presentación. Comparar esta nueva versión con el original de 2013 es atentar contra la nostalgia. El shimmering poligonal, las texturas sucias y la iluminación «cocinada» del primer TLoU son detalles que pasamos por alto en su momento, pero que el remake no perdona. Ahora tenemos simulaciones de luz correctas, texturas en 4K y una tasa de frames alta y estable. Punto para Part 1.
También hay que decir que el poder gráfico de la PS5 y el talento de los artistas de Naughty Dog ha sido invertido donde de verdad importa: En el diseño de «set pieces». En esos escenarios en los que nos encontramos con trenes volcados cubiertos de maleza y rodeados de autos abandonados que marcan el diseño del nivel. No importa que tan cínico me quiera poner; estos momentos, con nueva iluminación y efectos visuales avanzados, se sienten más cautivadores e impresionantes que los que viví en el juego original.
El otro punto donde se encuentran mejoras es en la Inteligencia Articifial. Según un video explicativo de los desarrolladores, la IA de los enemigos —e incluso de la Ellie y otros personajes que nos siguen— se ha mejorado para que no sea tan intrusiva. ¿Esto se nota en el juego? Un poco, sobretodo cuando te das cuenta que los clickers ya no son tan tontos ni tan sordos como en el TLoU original. Otro punto para el remake.
En este punto entra el núcleo de mi analogía con Star Wars, pues aunque las mejoras visuales son siempre bienvenidas, hay mucho que no se nota a primera vista. O peor aún, se olvida.
Lo que no se ve
Cuando se relanzó The New Hope, todos los medios se volvieron locos por la inclusión de nuevas criaturas y naves que Lucas había dejado en el tintero. Pero de lo que nadie habló fue de la remasterización del filme en sí.
Tengo en mi colección de DVDs un set de la trilogía original de Star Wars que —a pedido de los fans más tóxicos de la galaxia— incluyó las películas originales sin ningún cambio o mejora; eran transfers directos de los rollos de film, tal y como los puristas decían que se debía disfrutar Star Wars. Y les digo desde aquí, que esas versiones son terribles. La decolorización del filme original y el pobre mix de sonido que se incluyó en estos DVDs daban vergüenza. Y es que, así como la música, el cine también requiere cierto retrabajo técnico para no perderse ante el deterioro.
Éste es el paralelo del The Last of Us de 2013 con su remaster de 2014 en PS4, salvo por un detalle crucial. En las Special Editions de The New Hope, dejando de lado a las criaturas CGI, también se incluyeron nuevo efectos que, al día de hoy, se han vuelto «parte del filme original». La explosión de la Estrella de la Muerte de 1977 parece un error de edición comparada con el impactante final de A New Hope del ’97. El despegue de la Millenium Falcon del hangar de Mos Eisley «ya quedó» como parte del clásico. Hubo efectos innecesarios y otros mal hechos, pero en suma, las mejoras en las Special Editions de Star Wars se hicieron porque se podían hacer y el resultado, le guste o no a todos, sí hicieron de ellas más adecuadas para la posteridad.
Desde mi punto de vista, esto mismo sucede con The Last of Us Part 1. Es un remake en la forma de una capa de CG gloriosa y detallada, pero sobre un esqueleto que no ha cambiado mucho, porque su escencia no necesita cambiar. Se ha añadido de todo para embellecerlo y mejorarlo, pero el producto original —de excelente calidad, incluso para los estándares de hoy— todavía está ahí y se hace notar en su brillante historia e increíbles performances de sus actores.
Un detalle que se le pasa a muchos fans es que los videojuegos (sobretodo uno como The Last of Us) no son solo lo que ves por fuera. Las mecánicas, el game design, el sonido y la dirección son el alma de la experiencia. Este remake ha querido balancear esa pureza con las ganas de mejorar al máximo su exterior, y tal vez por eso le está costando tanto a Sony convenceros de darle una oportunidad y tratarlo como un «nuevo juego» por el que vale la pena volver a pagar con tiempo y dinero.
Conclusión
Dicho todo esto, ¿es innecesario este remake de The Last of Us? Pues como todo en la vida, va a depender de cada uno de nosotros. Habiendo jugado el remaster de 2014, yo veo este nuevo TLoU como algo bonito, pero no indispensable; lo que en inglés se conoce como un «nice-to-have». Hay detalles que prefiero del clásico, pero no por eso voy a ignorar todo lo bueno que trae esta nueva versión. A quienes sí les recomiendo The Last of Us Part 1 es a quienes no jugaron el original o el remaster, pues ellos vivirán de primera mano una historia magnífica envuelta en un acabado gráfico de increíble calidad y repleto de impresionantes opciones de accesibilidad. La verdad, los envidio.
Disclaimer: Este análisis fue realizado gracias a una copia del juego provista por PlayStation. Esto no influye nuestra opinión editorial ni el puntaje del juego.