Steel Assault | Análisis
Hoy por hoy existen muchos clones de los clásicos plataformeros de 16-bits; un género que terminó de definir a los videojuegos de sprites en 2D antes del salto al polígono en la generación de la primera PlayStation. Y aunque los exponentes actuales superan técnicamente a los clásicos, es en el gameplay donde está el principal elemento que diferencia a los buenos homenajes del montón de imitadores. Steel Assault (Switch, PC), de la desarrolladora Zenovia y la publisher Tribute, patina entre ambas categorías con un gameplay sólido, pero con algunas carencias a las que algunos juegos «retro-style» nos tienen acostumbrados. Vamos a ver si el juego captura o no el espíritu del videojuego ochentero/noventero en este análisis.
Historia y gameplay
La trama de Steel Assault es lo de menos, así que saquémosla del camino. Taro Takahashi, un heróico cyborg, debe detener al malvado Magnus Pierce y a sus compinches que planean conquistar el mundo… o algo así. La cosa no da para más y no hay mucho que procesar, así que el juego va a la acción casi inmediatamente.
Aunque a primera vista Steel Assault parece un clon de shooters de ciencia ficción en 2D como Contra o Metal Slug, las mecánicas de juego se asemejan más a las de un Castlevania. El arma principal de Taro es su látigo con el que puede azotar a enemigos a cierta distancia, pero también puede entrar a puñetazos si están muy cerca. El látigo también detiene las balas y rayos de las armas enemigas; un claro diferenciador a tomar en cuenta.
Taro también cuanta con una tirolesa con la que puede alcanzar puntos altos, usar como puente para cruzar abismos o quedar suspendido en el aire para evitar ataques por lo bajo. Complementan el set de movimientos el clásico doble-salto y el deslizamiento (dash) para esquivar ciertos ataques.
Cada uno de los 5 niveles de Steel Assault está bien diseñado y presenta un entorno único, aunque bastante sencillo. Una jungla, una base militar, una ciudad abandonada, etc. En las secciones de «avanzar y pegar» hay plataformas que podemos sortear con simples saltos o con la tirolesa, indistintamente valga decir. Hay pocos enemigos dándonos la contra y no son ni muy variados ni muy peligrosos.
El reto lo presentan los jefes y sub-jefes de cada nivel, a quienes hay que vencer pegándoles de latigazos en sus más-que-obvios puntos débiles. Aquí es donde la tirolesa debería ser protagonista pues algunos ataques requieren el uso de este gadget para poder salir victorioso, pero ya ahondaremos en eso más adelante.
Otro punto en el que destaca Steel Assault es su dirección de arte y animación, ambas muy bien logradas. Cada ataque se siento sólido y se nota el empeño que se la ha metido a los escenarios y personajes, sobretodo en los jefes que ocupan toda la pantalla.
¿Contras?
Todo bien hasta ahí, pero como dijimos antes, el juego tiene sus «contras» y varios tienen que ver con la poca profundidad del gameplay.
Para comenzar, Steel Assault no tiene ataques especiales ni armas alternativas y mucho menos un sistema de mejoras. Para muchos el setup calzará perfecto con lo que esperan de un juego con espíritu retro, pero por ratos esto hace que Steel Assault peque de simplón y no cuente con una verdadera progresión. Para cuando llegas al jefe final, tus armas siguen siendo las mismas y cada jefe que vences no te exige mejorar como jugador. Es más, la tirolesa cobra cada vez menos protagonismo mientras más avanzas. Para el enfrentamiento final, la tirolesa me fue útil solo en un momento de desesperación, pero no se sintió como un recurso esencial; algo que se me hizo muy raro pues éste es el gadget insignia de este título.
Otro detalle que me extrañó bastante fue la colisión entre Taro y elementos del escenario. Durante una batalla con un mid-boss (un enorme rinoceronte robot), descubrí que saltarle por encima era inutil pues ni con un doble salto podía sobrepasarlo por completo y siempre tocaba parte de su cuerpo, haciéndome daño. A menos, claro, que tuviera suerte y tocara uno de las esquinas del «hit box» del mini-jefe que no registraban colisión, prácticamente atravesándolo como un fantasma y dándome toda la ventaja del mundo. Este error en la programación también lo encontré en varios elementos como muros electrificados y plataformas. Funcionando al 100%, estos elementos hacían imposible avanzar, pero conociendo el error de antemano puedes darte un paseo por algunos niveles sin perder una gota de energia vital.
Aunque no hay un árbol de habilidades ni poderes adicionales, Steel Assault sí cuenta con algunos ítems especiales durante el juego. Lástima que ninguno es realmente relevante. Algunas cajas de ítems te dan un escudo, otras salud y en menos cantidad un efecto eléctrico para el látigo. A excepción de la canastilla de vida extra (bien Megaman X), los items no dan señales de mejorar tu desempeño o darte alguna ventaja.
Mi última observación tiene que ver con un detalle puntual: la animación post daño. En los clásicos de arcade se acostumbra que nuestro personaje parpadee por unos segundos luego de recibir daño, y dándonos de paso un reducido tiempo de invincibilidad. En Steel Assault han querido emular este trope, pero el efecto visual parece estar mal calibrado. Este defecto es tan severo que por ratos no podemos ver donde está nuestro personaje. Y el problema se amplifica en secuencias de plataformas con abismos, ya que el juego te «re-spawnea» en un punto aleatorio y puede pasar que no lleguemos a ver a Taro hasta que sea demasiado tarde para recuperarnos de una caída.
Extras
Vamos a los extras. Si de por sí el juego en su modo Historia es bastante fácil y puede terminarse en apenas un par de horas, quienes busquen un veradero reto lo encontrarán en el modo Arcade, en el que cuentas con una sola vida (o digamos, ficha) para terminar todo el juego. Y como en muchos juegos «retro-style» de hoy, Steel Assault trae varios filtros gráficos para darle al juego un «look» de antaño. Personalmente, recomiendo apagar estos filtros para dar una visión más clara de lo que pasa en pantalla, ya que el juego a veces la sobrecarga de efectos (lluvia, parallax scrolling, humo, balas y sacudias de cámara) y se hace difícil distinguir a enemigos y disparos en algunas secuencias estilo «bullet-hell».
Conclusión
Steel Assault no es un mal juego. Es entretenido, fácil de jugar y no pide mucho en términos de dificultad. Su apartado gráfico es super atractivo y seguro le arrancará más de una sonrisa a quienes recordamos con cariño la época de los 16-bits. Eso sí, esta experiencia tiene detalles para mejorar y/o tomar en cuenta, como la poca duración de la campaña principal y las incoherencias de colisión que mencionamos en esta review. No es una mala inversión por el precio —$15 en la eShop de Nintendo, menos de $10 en Steam— así que a tomarlo en cuenta.
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Disclaimer: Este análisis fue escrito basado en gameplay de una copia del juego provista por Tribute Games. Esto no afecta nuestra opinión editorial ni puntuación del juego.