La secuela de Moss, uno de los juegos más innovadores de esta nueva era de la realidad virtual, llegó a PlayStation VR a fines del marzo. Han pasado cuatro años desde que inició la aventura de la ratona Quill para salvar el bosque y esta segunda entrega trae más de esa atrapante perspectiva jugable, pero además le añade nuevos elementos que hay que destacar. Vamos a ver de qué va Moss: Book II y si es o no una compra obligada para quienes apostaron por un PSVR, sobretodo ahora que su viene se remplazo para la nueva generación.

Moss: Book II continúa la historia de Quill, quien en la primera parte derrota al malévolo Sarrfog y rescata a su tío. Ya reunidos, ambos unen fuerzas para recuperar los cinco cristales mágicos, de los cuales Quill recupera uno en la precuela. A ellos se une «el Lector (The Reader)», o sea nosotros, que presenciamos la aventura y ayudamos a Quill a sortear obstaculos y resolver puzzles equipando armas con poderes especiales.

Al igual que en la primera parte, el mundo de Moss es el principal protagonista, pues cada nivel y cada escenario se presentan como un diorama en el que Quill actua bajo nuestra supervisión. En cada arena de combate no solo hay que controlar a la precoz ratona, sino también estar atento a utilizar los poderes del Lector para activar trampas y ataques. La dinámica funciona de la misma forma a cómo jugábamos con figuras de acción cuando niños, si los juguetes cobraran vida.

Evolución del combate

A diferencia del primer libro de Moss, en esta segunda parte Quill tiene más armas a su disposición. El sable/espada del original a veces no bastaba para acabar con enemigos grandes o lejanos, así que ahora se suman un poderoso martillo que destruye enemigos acorazados y obstáculos de gran tamaño. También está el Chakram —o búmerang circular— que sirve para atacar a distancia y evitar los golpes «baratos» de algunos enemigos resistentes.

Cada arma tiene un ataque especial que sirve tanto para el combate como para resolver algún puzzle. El martillo cargado destruye varios enemigos a la vez, pero también es la única herramienta para activar elevadores al momento de entrar en modo plataformero. El Chakram cargado hace más daño, claro está, pero su mejor cualidad es atacar de ida y vuelta, incluso manteniéndose pegado a una pared y dándole chance al jugador de redireccionar su retorno, para así activar algún interruptor o abrir un camino bloqueado. El ataque cargado de la espada de cristal es el más sencillo de las tres armas, pues sirve para saltar grietas grande y poco más.

El viaje de Quill

Desde que se lanzó el primer Moss, Polyarc adelantó que esta historia no estaba completa y que haría falta una trilogía de libros para contarla toda. Este segundo libro trae momentos más emocionantes y uno por ahi que —SPOILER ALERT— le va a sacar lágrimas a más de un fan del original. También, y quedándonos en el campo del spoiler, hay momentos en los que perdemos el control de Quill y conocemos a Sahima, una guerrera de otro pueblo que introduce nuevas técnicas de combate y algo de variedad. No es para ponerse a gritar «¡Metal Gear Solid 2!», pero el guiño es un tanto evidente.

Y volviendo al tema de la trilogía, hay que dejar en claro que la cosa va en serio: Moss: Book II termina, al igual que la primera parte, con un cliffhanger que deja deseando más. El juego puede pasarse completo en unas 5 o 6 horas, dependiendo que tantos coleccionables recolectemos. Estos son los mismos trozos de vitral del primer Moss y pueden buscarse luego de terminar la partida regresando a cada nivel en el menú de Selección de Niveles y será ideal también para los cazadores de Platinos, sin duda.

Un poco más de magia

Hay poco de que quejarse de Moss: Book II… pero hay. En términos técnicos, el juego es muy continuista y se nota claramente que no ha habido un avance en el tema gráfico. El modelado y texturas se ven tal cual los del primer Moss y aunque esto no tiene nada de malo, por ratos sí sentí que el producto pudo pulirse mejor. «Efectivo, más no superior al original»; a eso me refiero.

Mi otra queja va de la mano con las mejoras del combate. Caso concreto: El intercambio entre armas está amarrado a un sub-menú que se abre con el trackpad del Dual Shock 4. Es en este menú donde debemos escoger el arma a usar, «jalarla» físicamente hacia Quill y esperar que la agarre; todo esto mientras tratamos que ondanadas de enemigos no nos muelan a palos. Acepto que el combate no es el fuerte ni el punto más profundo de Moss: Book II, pero nada costaba permitirnos mapear las armas al D-Pad del control para hacernos la vida más fácil y a los combates más emocionantes con alguna combinación «al vuelo». Digo nomás.

Conclusión

Moss: Book II no es un gran salto en lo que al apartado visual en VR se refiere, pero mejora donde realmente importa: La jugabilidad. Más armas, más técnicas especiales y más variedad de jefes le dan a esta secuela una mayor profundidad que la de su primera parte. Puede sentirse un poco continuista y «más de lo mismo» por ratos, pero el juego es tan encantador y atrapante como el original. Recomendado a ojos cerrados.

Disclaimer: Este análisis fue escrito basado en gameplay de una copia del juego provista por PlayStation. Esto no afecta nuestra opinión editorial ni puntuación del juego.