Análisis: Beyond Two Souls (PS3)
(ADVERTENCIA: Ligeros “spoilers”)
Cuando Heavy Rain salió al mercado hace unos años, mostró una nueva forma de contar historias. Y aunque el término “película interactiva” ya está muy manoseado, fue exactamente eso: una enmarañada trama llena de decisiones y consecuencias que el jugador podía tomar y afrontar. Este juego, apoyado en un sistema de control bastante original, bien podía servir de plantilla para experiencias similares. Pero, para que una historia funcione igual que Heavy Rain, ésta debía ser igual de buena.
Tal vez por eso es que ahora Beyond Two Souls, el nuevo trabajo de David Cage (también director de Heavy Rain), se sienta menos pulido que su antecesor y por ratos caiga en lo convencional.
Beyond cuenta la historia de Jodie, una niña que nace con poderes psíquicos y es internada en un laboratorio para protegerla de sí misma y a la vez estudiarla con la intención de utilizarla para fines militares. Su vida es contada en desorden, a modo de “flashbacks” que hacen las veces de episodios, y narra su llegada al laboratorio, sus años de adolescencia y sus primeras misiones encubiertas. Todos estos niveles se controlan moviendo el mando de PS3, pulsando botones en combinaciones incómodas y activando alguna acción en el momento preciso. Algunas misiones tienen que ver más con escapar, ya que Jodie es perseguida por las autoridades, mientras que otras apelan al sigilo de un Metal Gear y a combate de cubiertas de un Uncharted; pero todo esto utilizando un método de control no convencional que por ratos te desconecta de lo que estás haciendo, pero que al menos cumple su labor.
Por otro lado está Aiden, el ente sobrenatural que sigue a Jodie por doquier y que es la base de sus poderes. Controlar a Aiden es como controlar a un “drone” en un FPS, pero con la habilidad de atravesar paredes, poseer personas y manipular objetos. De las dos mecánicas que presenta Beyond, la de Jodie y la de Aiden, ésta última es la más interesante ya que en el plano espectral donde vive Aiden hay más con que experimentar y mucho más que ver, esconde más secretos sobre el pasado de Jodie y lo que le espera más adelante.
Y es que la trama de Beyond, a diferencia de la de Heavy Rain, sí permite ver “lo que se viene”. Esto gracias a que, como mencioné, la historia muestra el futuro y el pasado de una misma protagonista en completo desorden pero la encamina hacia un final previsible. Heavy Rain ganó status de culto porque nos dio una historia que se ramificaba según las consecuencias de nuestros actos y donde las malas decisiones podían terminar en la muerte de alguno de sus protagonistas. En Beyond, Jodie es el centro de la historia y eso no cambia nunca. Por ende nuestras decisiones no tienen consecuencias extremas o definitivas y más sirven como una forma de llevar una historia pre-escrita de un punto A a un punto B. En HR se podía pasar del punto A al punto F si nuestras decisiones eliminaban a todas las letras intermedias. No había excusa, ni explicación, ni vuelta que darle, cosa que el público agradeció y respetó. Esto no sucede en Beyond y es tal vez el punto que más desilusiona.
También choca de sobremanera como la historia de Jodie comienza con un velo de misterio, de terror psicológico-paranormal, pero luego evoluciona en una lucha contra monstruos de garras y dientes salidos de alguna película de domingo. Y los último niveles caen todavía más bajo cuando introducen tecnología que parece sacada de franquicias como Mass Effect, villanos cliché como la milicia corrupta y el científico loco, y problemas que se resuelven al mero estilo hollywoodense haciendo estallar una bomba, apagando un interruptor o lanzando un par de puñetes. Los diálogos siguen ese mismo camino:
El malo: “Estás despedido…”
El héroe: (Golpe en la cara – POW!) “Considere esto como mi renuncia”.
La verdad, no me esperaba esto.
Lo bueno de Beyond está en sus primeros niveles; cuando la expectativa y el misterio nos mantienen jugando para ver que pasará. Pero una vez que el futuro se nos presenta y el enemigo tiene un rostro, las cosas se tornan aburridas y las decisiones que hay que tomar, obvias. Destaca de sobremanera la calidad gráfica, a leguas superior a la de Heavy Rain y a la de otros muchos títulos que se la dan de foto-realistas. Y las actuaciones de Ellen Page y Willem Dafoe son para quitarse el sombrero; en especial Dafoe, quien prueba una vez más que es tan versátil como actor que hasta en CG te puede dar pena o matarte del susto sin esforzarse demasiado. Lástima que los diálogos no hayan estado al nivel de, digamos, The Last of Us. Estoy seguro que Page en algún momento se rascó la cabeza pensando “¿tengo que decir ESTO?” con cierta vergüenza.
¿Vale la pena entonces comprar Beyond Two Souls? Creo que la respuesta es “depende”, ya que Beyond ofrece una experiencia más parecida a una película que a un videojuego, y tal vez esta “película” no sea del agrado de quienes son quisquillosos con lo que van a ver al cine. Pero quienes no son cinéfilos (y a quienes los clichés no les molesten), bien podrían sorprenderse.