Super Mario Bros. la película | Análisis
La película animada de Super Mario producida por Illumination llega por fin a salas de cine. Como las expectativas están por los cielos —y el temor de un flop similar al de la infame cinta live action de 1993 sigue a flor de piel— aquí les tenemos, SIN SPOILERS, la review de este esperadísimo filme para que vayan tranquilos al cine ni bien puedan. ¡Y lleven a sus hijos!
La película de Super Mario tiene una trama bastante sencilla que emula al clásico viaje del héroe: Los hermanos Mario y Luigi, fontaneros neoyorkinos de poco éxito, caen en un portal dimensional que los transporta a otro mundo. En la transición, ambos se separan; Mario aterriza en el Reino Champiñon donde buscará la ayuda de la Princesa Peach, y Luigi por su lado termina preso en manos del tiránico Bowser. Reencontrarse y derrotar al malvado Rey de los Koopas será el objetivo del grupo conformado por Mario, Peach, Toad y otros aliados que se sumarán a lo largo del filme.
Esta simplicidad de la trama obedece a un punto que tal vez ha pasado desapercibido en la campaña de lanzamiento: La película de Super Mario es un filme de corte infantil, como la gran mayoría que produce Illumination (Minions, Sing, The Grinch, The Secret Life of Pets). No nos confundamos; estas películas y franquicias incluyen chistes o referencias para no aburrir a los adultos, pero en el fondo son los niños quienes más disfrutarán del guión, las caídas aparatosas y los chistes sencillos.
Super Mario Bros. The Movie tiene humor básico y narrativa ligera. Está hecha para que los niños que conocen a Mario (o lo quieran conocer) se diviertan. También trae mensajes de superación (el miedo de Luigi a lanzarse a una aventura, la voluntad de Mario para nunca rendirse, etc.) y muchas escenas de acción que sacarán más carcajadas que asombro.
Dicho todo esto, Super Mario Bros. The Movie va a destacar por encima de todos los demás filmes infantiles de los últimos diez o viente años por un factor demasiado fuerte para ignorarse: El factor Nintendo.
Super Mario Bros. The Movie esta repleta de cameos, referencias, música, call-backs y detalles sacados de la amplísima biblioteca de Nintendo y del vasto mundo de sus personajes y franquicias. No es broma. Todo lo que podría hacer de esta película un producto meramente «para niños» se diluye cuando se asoma un enemigo medio desconocido de Super Mario Bros. 3, cuando suena la tonada del nivel acuático de Super Mario 64 ó cuando Mario escoje las mismas llantas que tú escoges en Mario Kart 8 Deluxe para armar su bólido en la película. Abran bien los ojos, pues hay elementos que sólo quienes se han memorizado una que otra guía estratégica ochentera de Nintendo podrán reconocer.
Y ojo, no estamos hablando de 2 ó 3 cameos en la hora y media que dura la película. ¡Hablamos de 2 o 3 cameos POR MINUTO! Todo esto acompañado de la clásica música de Super Mario, recompuesta con arreglos sinfónicos, orquestados con cuidado y respeto por el compositor Adam Tyler —el favorito de Justin Lin para sus entregas de la franquicia Fast and the Furious— y que derriten el tímpano y el corazón.
Entonces, ¿la película de Super Mario es para niños? Sí, por supuesto. Pero Illumination y Nintendo supieron desde el inicio que los fans de los videojuegos (y en especial de Super Mario Bros.) somos aún niños por dentro y lo mostramos con orgullo. Y por eso han metido todo lo que nos gusta desde hace décadas en un filme que vamos a disfrutar como chanchos y sobretodo, a querer compartirlo con nuestros hijos, sobrinos y nietos.
Ayuda un montón el increible acabado gráfico del CG de esta producción; muy al nivel de lo que produce la misma Nintendo para sus productos y piezas de marketing. Cada textura, cada poder, cada efecto se siente no solo real, sino correcto. Todo parece «hecho por Nintendo», con conocimiento de hasta el más mínimo detalle y traído a la vida por un equipo de animadores que son, si duda, tan fanáticos de la marca como todos nosotros… o hasta más.
Y para cerrar, hablemos de las actuaciones de voz. No, no son malas. Todas calzan bien con los personajes, en especial Jack Black, quien parece haber nacido para ser Bowser. Como se vio en los trailers, hasta sus gestos faciales se han vuelto parte del personaje y le aportan muchísimo. Y digan lo que digan, Chris Pratt ha hecho un buen trabajo. Incluso hay una secuencia que trata el tema del acento italiano de los hermanos Mario, sólo para callarles la boca a los quejones. Ojo, yo ví la película en inglés y aún me falta verla en español. Luego juzgaremos el doblaje.
¿Algún punto en contra? Pues sí. Donde sí falla la película de Mario es en el guión. Gran parte de éste está compuesto de «one-liners«, de frases sueltas que, para bien y para mal, definen a los personajes. La Princesa Peach, por ejemplo, hace de cada oportunidad para hablar, un monólogo inspirador. Toad se cuenta chistes a sí mismo y en general todos los personajes se sientes distanciados; como si los actores reales no se hubieran visto durante las grabaciones o no hubieran compartido al menos una lectura de guión juntos. El ritmo de los diálogos se siente artificial y desconectado, salvo por marcadas excepciones (como los geniales diálogos de Jack Black ó los intercambios de bromas de Pratt con el simpático Donkey Kong de Seth Rogen). Esto es algo que espero la versión doblada al español latinoamericano logre superar, pues según tengo entendido, ésta utiliza un proceso más orgánico para realizar el doblaje. Cruzo los dedos para que así sea.
Y ya poniéndome pesado, duele un poco la elección musical de temas pop-rock gastadísimos («Take On Me» de A-ha, «Holding Out For a Hero» de Bonnie Tyler) que no han sido remezclados para formato de cine y suenan planos y apagados, sobre todo cuando son seguidos por el majestuoso soundtrack del filme.
Conclusión
Super Mario Bros. The Movie es una película divertida, graciosa, ligera y colorida en su núcleo, muy bien estructurado para ese público infantil al que apunta. Pero además su exterior está forrado de ese maravilloso lore que definió la niñez de varias generaciones y lo sigue haciendo hasta ahora. Tal vez los más pequeños querrán verla una o dos veces, pero los fans de Nintendo —y de los videojuegos— van a repetir funciones hasta más no poder. Garantizado.
Y sin hacer spoilers, les recomiendo quedarse hasta el final para ver las escenas post-créditos, pero también para ver los créditos mismos, todos con un decorado nintendero lleno de referencias que no cupieron en el filme. Además para darle los debidos aplausos a los legendarios creativos de Nintendo que reciben sus bien merecidas menciones en esta hermosa película.