Dos de los mejores RPGs japoneses de la primera PlayStation están de regreso con Suikoden 1&2 HD Remaster Gate Rune & Dunan Unification Wars. Esta remasterización recopila las dos primeras entregas de la legendaria saga desarrollada por Konami con notables mejoras gráficas y de calidad de vida pero, sobre todo, las vuelve más accesibles para las personas al estar disponible en plataformas modernas.

Lanzadas originalmente en 1995 y 1998 respectivamente, Suikoden y Suikoden 2 no tardaron en convertirse en auténticos clásicos imprescindibles del catálogo de la primera consola de Sony debido a su excelente historia y narrativa, gran elenco de personajes, innovadora jugabilidad y memorable banda sonora, siendo el apartado gráfico el único de sus parámetros que no terminó de convencer a la crítica especializada en aquel momento.

Consciente de este detalle, Konami decidió relanzar sus tan atesorados videojuegos de rol con un nuevo acabado visual, siguiendo el ejemplo de algunas de las empresas más importantes del sector como Square-Enix con Dragon Quest III HD-2D Remake o Star Ocean: The Second Story R.

En este análisis, te contamos si el plan de la desarrolladora nipona para traer de regreso a la vida a una de sus franquicias más importantes y queridas por los jugadores de antaño dio buenos resultados o si, lamentablemente, no logró cumplir con las grandes expectativas puestas en ella.

Los 108 héroes capaces de alterar el destino del mundo

La primera entrega de Suikoden nos sitúa en un mundo gobernado por el poderoso Imperio de la Luna Escarlata. El jugador encarna a Tir (o el nombre que éste elija), hijo de un renombrado general de dicho imperio, el cual se dispone a iniciar su carrera militar bajo la tutela de varios amigos y vasallos de su padre. Sin embargo, si bien inicialmente el protagonista esperaba servir lealmente a su nación, termina descubriendo la horrible realidad: el Imperio ha sido corrompido por la tiranía de sus altos mandos y está siendo llevado a la ruina.

Guiado por el destino, Tir obtiene la Runa de la Vida y la Muerte, una de las 27 Runas Verdaderas, que le otorga un poder inmenso pero a un alto costo ya que empieza a ser perseguido por el Imperio. El héroe decide unirse al grupo de rebeldes conocido como la Resistencia de Liberación y, a medida que la guerra se intensifica, éste deberá asumir su nuevo rol como líder de esta armada tras el fallecimiento de la anterior a manos del enemigo.

Nuestro protagonista deberá reunir a los 108 Guerreros de la Estrella del Destino para formar un ejército capaz de enfrentarse a tan poderosos enemigos, entre los que se incluyen a antiguos amigos y aliados. En el camino, tendrá que sortear numerosos peligros y situaciones que pondrán a prueba su moral, deber y su liderazgo como única esperanza para su nación y todos los que habitan en ella.

En lo que respecta a Suikoden II, este toma lugar años después de los eventos de la primera parte y una paz momentánea reina sobre la región. Sin embargo, este débil periodo termina cuando el Príncipe Luca Blight del Reino de Highland amenaza con sumir al continente en un nuevo conflicto.

En medio de esta crisis, dos amigos de la infancia, Riou -controlado por el jugador- y Jowy Atreides, miembros de la Brigada Unicornio, son traicionados por su propio país y quedan atrapados en una lucha donde deberán decidir entre la lealtad, la amistad y sus propios ideales.

En su huida, Riou hereda el poder de la Runa del Escudo Brillante, mientras que Jowy obtiene la Runa de la Espada Negra, dos mitades de un mismo destino que los coloca en bandos opuestos de la guerra. Mientras Jowy asciende en las filas de Highland con la esperanza de traer la paz a través del poder, Riou se une a la resistencia y se convierte en el nuevo líder del Ejército de Liberación.

Una vez más, el protagonista tendrá la tarea de reunir a los nuevos 108 Guerreros de la Estrella del Destino para enfrentarse a las fuerzas de Highland, desafiar el despiadado dominio de Luca Blight y, finalmente, enfrentarse a su mejor amigo en una batalla donde el destino de la guerra y su propia relación penden de un hilo.

Tanto la primera como la segunda entrega de Suikoden se caracterizan mucho por sus temáticas, las cuales están cargadas de política, destino, revolución, camaradería, traición, la lucha por los ideales, la corrupción, el abuso de poder, la responsabilidad y, sobre todo, la guerra y los efectos que esta tiene tanto en los que participan en ella como en las vidas de los inocentes que se ven atrapados en el fuego cruzado entre los dos bandos.

La forma en cómo se van desarrollando los eventos de cada título y cómo cada acción del grupo protagonista tiene una repercusión en el amplio espectro social, político y militar de ambos videojuegos es para quitarse el sombrero, sobre todo si consideramos que estamos ante obras de mediados de los 90, época bastante lejana a las grandes proezas narrativas a las que el medio tiene acostumbrados a sus entusiastas en los últimos años.

La primera entrega puede resultar un tanto menos original que la segunda debido al uso de tropos bastante conocidos como el “Imperio malvado que hay que derrotar”, pero no deja de tener giros argumentales bastante interesantes y un tono que puede llegar a ser muy oscuro en repetidas ocasiones. 

Por otra parte, Suikoden II es la auténtica joya de la corona de esta colección y no por nada sigue siendo el mejor videojuego de la franquicia. No solo la premisa y el desarrollo de sus eventos son más atrapantes, sino que además sabe como llegar a ser muy brutal colocando al jugador ante decisiones sumamente complicadas que lo harán replantearse su sentido de la justicia y moral.

Los giros que toma la trama a medida que Riou progresa con su campaña para reunir a los héroes y para acabar con los siniestros planes de Luca Blight son fenomenales y todo esto se debe, en gran parte, gracias al carisma innato de los protagonistas y los antagonistas. Al ser tantos personajes, es evidente que no todos reciben el mismo tiempo en pantalla ni el mismo grado de desarrollo, pero varios de estos brillan como los de varios de los mayores exponentes del género. El tiránico príncipe de la segunda parte es, en opinión de un servidor, uno de los villanos más salvajes y mejor construidos de los RPGs y hasta me atrevería a decir de los videojuegos en general.

Si bien la historia no cambia con la remasterización, lo cierto es que se beneficia de esta gracias a la nueva localización al inglés y en otros idiomas. Las traducciones están más pulidas y mejor trabajadas que las de sus contrapartes originales, las cuales sufrían de lo mismo que muchos otros títulos de aquella época en la primera PlayStation: trabajos que aún se estaban encaminando al profesionalismo. Gracias a esta mejora, los diálogos entre personajes son más claros y se entienden mejor, ya no tenemos una excesiva -y hasta grosera- cantidad de errores gramaticales y las frases sin sentido son cosa del pasado.

Un gran ejército listo para la acción

En cuanto al gameplay, tanto Suikoden como Suikoden II mantienen un diseño jugable relativamente estándar para el género. Para progresar en la historia, controlaremos a nuestro protagonista a través de distintas áreas en las que conversaremos con NPCs y resolveremos misiones. No obstante, el verdadero núcleo del videojuego es su combate por turnos. 

Durante la aventura, tendremos que luchar contra diversos monstruos y enemigos con nuestros propios escuadrones. La party está conformada por seis miembros, tres delanteros y tres traseros. Cada personaje del enorme pozo de personajes jugables para cada entrega tendrá un tipo de rango de ataque: los de corto alcance que deberán estar en la fila delantera para poder atacar (S), los de medio alcance que pueden atacar desde la vanguardia o la retaguardia (M) y los de largo alcance que se benefician más al atacar desde la fila trasera (L).

En Suikoden, las armas son exclusivas de cada personaje y deben ser afiladas por los herreros que podemos hallar en los pueblos para que no pierdan su eficacia. La party solo puede equipar armaduras y objetos para hacerse más poderosa. El proceso de mantenimiento de las armas será una de las principales preocupaciones del jugador ya que, debido a que la party está conformada por seis personajes, afilar las armas de todos puede ser extremadamente costoso.

Finalmente, tenemos a las runas, las cuales son la fuente de toda la magia en el mundo de Suikoden. Los personajes tienen un cierto número de usos de hechizos por “nivel de hechizo”; y su potencia se basa en la estadística de magia del personaje. Por ejemplo, un personaje con cuatro ranuras de hechizo de nivel 1 y una Runa de Agua puede lanzar “Kindness Drops” (el hechizo de nivel 1 de esta runa) cuatro veces. Otras runas ofrecen diferentes beneficios, como permitir a un personaje infligir el doble de daño a costa de una reducción del 50% en la defensa. La gran mayoría de las runas en ambos videojuegos tienen usos limitados por lo que el jugador deberá planificar estrategias para afrontar los desafíos con dichos recursos.

Por supuesto, uno de los grandes atractivos de la saga Suikoden son los 108 Guerreros de la Estrella del Destino, personajes que podemos reclutar a lo largo de nuestra travesía cumpliendo diversos desafíos o requerimientos. Si bien no todos los 107 personajes son jugables, una gran cantidad de estos sí lo son por lo que las composiciones de equipos que podemos llegar a formar son inmensas, agregando una gran variedad al gameplay y, sobre todo, rejugabilidad.

Los personajes reclutados que no formen parte de la party regresan a la base de operaciones y algunos de estos incluso ofrecen funciones adicionales como tiendas con nuevos objetos que servirán en la pelea.

Si bien no es indispensable que el jugador reclute a todos los Guerreros, ambos títulos recompensan a los que dediquen su tiempo a esta tarea con finales especiales, por lo que existe un verdadero incentivo para obtenerlos a todos.

Además del combate por turnos regular, Suikoden también tiene los Duelos y las Guerras. El primero es una lucha especial en la que solo dos personajes forman parte. Para salir victorioso, el jugador deberá elegir entre atacar, defender o usar un ataque especial y el daño se calculará según la ventaja/desventaja de las acciones de ambos personajes. Este sistema es muy similar a un “piedra, papel o tijera” ya que el ataque vence a la defensa, la defensa vence al especial y el especial vence al ataque.

Las Guerras siguen un concepto similar al de los Duelos. Tenemos a nuestra disposición  los ataques de carga, los ataques con arco, los ataques mágicos y el comando “otros”. Los ataques de carga vencen a los ataques de arco, los ataques de arco vencen a los ataques mágicos y los ataques mágicos vencen a los ataques de carga. El comando “otros” actúa como un comando especial para conocer el próximo ataque del enemigo.

La forma de triunfar en este tipo de batalla es distinta según la entrega. En el primer título, cuando el número de tropas llega a cero, el bando que aún tiene soldados gana. En Suikoden II, además de cambiar el nombre de este tipo de combate a “batallas masivas”, la victoria se determina en función de las condiciones específicas de dicha batalla o derrotando a todo el ejército contrario.

La gran variedad de tipo de combates es lo que convierte a Suikoden en un videojuego sumamente entretenido. Mantiene una fuerte raíz clásica para sus combates aleatorios, pero se atreve a experimentar con los Duelos y las Guerras para dotar a la saga de su propia identidad, evitando así que sea un clon más de Dragon Quest o Final Fantasy.

Para esta remasterización, Konami decidió agregar varias mejoras de calidad de vida que les permite a los jugadores disfrutar de Suikoden y Suikoden II aún más. Tenemos la posibilidad de acelerar los combates con tan solo pulsar un botón para afrontar los combates aleatorios mucho más rápido y también podemos optar por el auto-combate para que la IA decida el mejor rumbo de acción para terminar la pelea satisfactoriamente. De esta forma, el grindeo de niveles o recursos se vuelve mucho más manejable.

También tenemos guardado de partida automático en varias partes de las campañas para que podamos continuar rápidamente con el juego si es que caemos en combate y vaya que es útil ya que Suikoden y Suikoden II pueden llegar a ser bastante retadores. El jugador deberá aprender a usar todos sus sistemas y mecánicas si quiere superar las batallas contra jefes más complicadas.

Las interfaces también han sido rediseñadas y modernizadas para que vayan acorde al nuevo apartado gráfico del videojuego, el cuál es simplemente brillante.

Una nueva capa de pintura más que ideal

Sin duda, lo que más atención ha recibido por parte del equipo de Konami es el aspecto visual de estos dos videojuegos. Suikoden y Suikoden II son títulos de la primera PlayStation, la consola que popularizó el 3D, pero mantiene una estética similar a los RPGs de la Super Nintendo con el uso de Sprites para los personajes y criaturas.

La remasterización añade una plétora de mejoras visuales como efectos para reforzar el pixel art, texturas renovadas para ciudades, escenarios, mazmorras y campos, ilustraciones en alta definición y rediseño de personajes para la primera entrega y mucho más.

Si bien no llega a estar al mismo nivel de lo conseguido por otros remakes de RPGs clásicos como los mencionados en la introducción del análisis, lo cierto es que Konami ha logrado un trabajo sobresaliente para darle un nuevo soplo de vida a estos clásicos. Los jugadores veteranos se deleitarán al ver a sus personajes favoritos y a las locaciones más memorables de estas aventuras con una nueva capa de pintura mientras que los recién llegados apreciarán que estas obras luzcan más acorde a lo que podemos encontrar en la industria moderna del videojuego.

Melodías que perduran -y seguirán perdurando- en el tiempo

Otro apartado que no podemos dejar de mencionar es la banda sonora, compuesta por los legendarios Miki Higashino (Gradius, Contra), Keiko Fukami, Tappy Iwase, Hiroshi Tamawari, Hirofumi Taniguchi y Mayuko Kageshita. Konami era uno de los reyes indiscutidos de la música de videojuegos durante las décadas de los 80 y 90 por lo que no es de extrañarse que Suikoden y Suikoden II tengan soundtracks tan monumentales.

Los temas de pueblos y ciudades, mazmorras, campos y, sobre todo, los de las batallas, son testimonio de lo que significó esta compañía nipona para tantos jugadores durante su época dorada. Temas como Gothic Neclord, The Chase y Battlefield Without Light son algunos de los que podemos destacar.

La remasterización no nos trae arreglos de este impresionante soundtrack, pero sí mejora la calidad de las grabaciones y de los efectos de sonido considerablemente y eso siempre es loable.

Conclusión

Suikoden I&II HD Remaster Gate Rune & Dunan Unification Wars es una gran remasterización de dos obras que marcaron un antes y un después en el género RPG en la historia de su compañía. El trabajo del equipo dirigido por el fallecido Yoshitaka Murayama sigue siendo atemporal y la gran cantidad de mejoras en su jugabilidad, traducción, visuales y sonido no hacen más que elevar la experiencia a un nuevo nivel.

Con el anuncio de una serie animada de Suikoden II y una nueva entrega de la saga destinada a móviles en el futuro próximo, es un hecho de que Konami por fin está despertando de su letargo para retomar su posición en la industria de los videojuegos. Si remasterizaciones como esta son sus primeros pasos para lograr este cometido y para revivir más de sus sagas clásicas, solo resta decir que está yendo por el camino correcto.

Disclaimer: Este análisis fue realizado gracias a una copia del juego provista por Konami. Esto no influye nuestra opinión editorial ni el puntaje del juego.