Kirby and the Forgotten Land | Análisis
Existe una leyenda urbana que dice que, cada año, Nintendo encierra a sus creativos en un salón y los tiene cautivos hasta que el grupo genere 100 nuevas ideas de gameplay innovador, para de ahí sacar ell concepto de un nuevo juego de Super Mario. Y una teoría conspiranóica —que yo mismo me he inventado— es que, luego de obtener esa idea para Mario, las 99 ideas restantes son usadas en los juegos de Kirby.
A muchos fans de la pelota rosada les podrá parecer grosero esto último, pero todo tiene muchísimo sentido si es que te fijas en la enorme, ENORME cantidad de mecánicas jugables creativas de la franquicia Kirby. Yo apenas he jugado tres de los más de treinta juegos de Kirby que Nintendo ha publicado en más de tres décadas y me he encontrado con tantísimas ideas nuevas y remixes de mecánicas clásicas que me quedado boquiabierto. Más aun en Kirby and the Forgotten Land, un título que el público etiquetó como «el primer Kirby de mundo abierto» para darle cierta relevancia, pero que escondía una barbaridad de contenido y diversión que no necesitaba de etiquetas. Vamos a ver de que va esto.
La tierra olvidada
Kirby and the Forgotten Land cuenta una historia bastante sencilla: Los amistosos Waddle Dees han sido secuestrados por el malévolo Beast Pack y Kirby debe ir a rescatarlos a este nuevo mundo convenientemente llamado New World, un lugar muy parecido a nuestra relalidad, pero que parece abandonado y tomado por la naturaleza.
Ojo que no hablamos de un mundo abierto. Kirby and the Forgotten Land tiene una estructura convencional de «mundos», cada uno con una temática muy usada (bosque, tierra heladas, desierto, ciudad). Cada mundo cuenta con 5 niveles principales necesarios para avanzar la historia y un puñado de niveles secundarios, llamados Tresure Road, que sirven de reto o farmeo de Star Coins. Los niveles principales tiene a su vez distintos objetivos secundarios como rescatar a Waddle Dees escondidos, evitar daño ó juntar algunos coleccionables. En resumen, todo lo que haces en los 7 mundos disponibles de Kirby and the Forgotten Land está orientado desbloquear nuevos niveles o para obtener nuevos ítems.
Mil formas de jugar
Las habilidades de Kirby en este mundo olvidado tienen dos categorías. La «clásica» en la que absorbemos enemigos tomamos prestados sus poderes ó armas (como el Taladro, el Ranger y mi favorita Needle que me recordó a Katamari Damacy), y la nueva categoría de Mouthful, en la que nos comemos un ítem tan grande que afecta la forma y habilidades de Kirby al extremo.
Estas nuevas habilidades calzan con eventos del avance del juego y son particularmente divertidas, como romper el suelo usando la punta de un cono de tránsito, atropellar enemigos y saltar obstáculos con un auto, comernos un arco que nos deja volar como un planeador (tan bien logrado que le daría envidia al mismísimo Star Fox) ó —mi favorita— tragarnos un anillo de metal que nos permite soplar ventiscas para vencer a enemigos e impulsar un bote de vela. No hay un uso único para estas nuevas habilidades, demostrando lo mucho que HAL Laboratory ha invertido en plasmas nuevas ideas y jugabilidad.
Kirby and the Forgotten Land trae además un sencillo pero retador sistema de leveleo de las habilidades básicas. Estas se pueden mejorar con una suma de Star Coins (farmeables en cada nivel) y Rare Stones, que se obtienen principalmente en los niveles secundarios. Al igual que en el popular género de Souls, aquí tendremos que rejugar y farmear bastante para desbloquear tres niveles de upgrades para cada una de las 12 habilidades disponibles.
¡Y luego está Waddle Dee Town! Este pequeño pueblo al que muchos confundieron como el «mundo abierto» de Kirby and the Forgotten Land, es en realidad una suite de mini-juegos y actividades secuendarias, cada una con su propio encanto y objetivos asociados al juego principal. Hay máquinas de gatcha que desbloquean figuritas coleccionables, mini-juegos de comida al estilo Overcooked, retos de Boss Rush y varios NPCs que te dan una mano para guiarte en tu próximo objetivo o potenciar tus habilidades.
Completar el juego puede tomar unas 15 horas, sobretodo si quieres limpiar hasta el último reto del mapa y cerrar la historia de manera correcta con el final «secreto»… que tan secreto no es.
Para tomar en cuenta
Tengo pocos puntos en contra para Kirby and the Forgotten Land. El más resaltante para mí está en el aspecto técnico. La calidad gráfica del juego me dejó queriendo más. Y no, no me refiero a la dirección de arte, que está buenísima, sino más que nada a las borrosas texturas y filos aserrados de muchos de los personajes y elementos.
También está el tema de framerate que durante el gameplay está targeteado a 30fps. El problema son los saltitos a 60fps que suceden al abrir los menús y que hacen que todo se vea hermoso por esos segundos que dejamos de jugar. Volver a la acción con menor framarate, apagó un poco mi entusiasmo, sobretodo sabien que las animaciones de Kirby and the Forgotten Land podrían ser mucho más fluidas.
Los mismo sucede con el modo Colección en el que vemos las figuritas 3D de las máquinas gatcha y que está lockeado a 30fps. ¡Terrible! Viniendo de jugar títulos como Hot Wheels Unleashed que me encantó con el realismo de sus modelados exhibidos a 60fps y que me inspiró a coleccionarlos en la vida real, el cuarto de colección de muñecos virtuales de Kirby simplemente no da la talla. No me malinterpreten; no soy desarrollador, pero hemos visto juegos más pulidos en esta consola y sabemos que la Switch, débil como es al lado de sus rivales de la actual y pasada generación, definitivamente puede dar más. Pero todo esto son minucias ante todo lo que Kirby and the Forgotten Land ofrece a nivel jugable.
¿Difícil? ¿Por dónde?
No quise incluir la dificultad entre los «contras porque, la verdad, se nota que el juego está orientado para todo público. De todos modos, el nivel de dificultad «Wild», al que yo considero el «normal» del juego, ofrece suficiente reto y recompensa en los niveles de historia si es que quieres limpiar cada nivel al 100% y se pone realmente retador en los niveles de Treasure Road. Para quienes no quieran sentir el calor, la dificultad «Spring Breeze» penaliza menos por cada partida perdida y ofrece mayor nivel de salud, pero recompensa con menos Star Coins. Una por otra y perfectamente balanceado, como debe ser.
Conclusión
Me costó muchísimo despegarme de Kirby and the Forgotten Land. Es un juego cargado de contenido jugable, divertido a niveles absurdos y que tiene algo para cada tipo de jugador. Mientras algunos desarrolladores se matan buscando una idea o fórmula única para su próximo título, HAL ha logrado, muy al estilo de Nintendo, que cada una de las muchas mecánicas en Kirby and the Forgotten Land puedan inspirar tranquilamente la jugabilidad de juegos enteros. No hay más que hacer sino recomendarlo y esperar a que el próximo título de Kirby se mantenga tan fresco y creativo como esta incursión en 3D de esta tierra olvidada.
Disclaimer: Este análisis fue escrito basado en gameplay de una copia del juego provista por Nintendo. Esto no afecta nuestra opinión editorial ni puntuación del juego.