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Análisis: The Unfinished Swan (PS3)

Se me hace difícil hacer este análisis de The Unfinished Swan. No tanto por el veredicto final; eso es fácil y se los puedo adelantar: The Unfinished Swan es un excelente juego y vale la pena pagar cada uno de los $15 que cuesta. Hasta ahí todo bien. Pero, como en cada análisis, explicar el “por qué” de las conclusiones es lo importante. Y con un videojuego tan extraño, esto resulta aún más complicado.

¿Por qué es tan bueno The Unfinished Swan? La razón principal es su original propuesta: la exploración con mecánicas FPS basada en interacción artística. El juego nos pone en el papel de Monroe, un niño huérfano quien salta a un mundo mágico dentro de una de las pinturas inacabadas de su madre. Ahí deberá alcanzar a un cisne y al hacerlo explorará varios mundos, cada uno con un estilo artístico diferente y con una forma de interactuar muy particular.

 

Casa

El primer mundo (visto en el pasado E3) comienza literalmente con un pantallazo en blanco; la única forma de saber que hacer o hacia donde ir es disparando una burbuja de pintura negra que marque el camino por medio de salpicones. Poco a poco se van marcando esquinas, escalones, objetos y callejones sin salida, en lo que se podría describir como “lanzar antorchas en total oscuridad… pero en negativo”.

 

Miller & Quesada

Fans de los comics, especialmente del arte de Frank Miller en Sin City ó de las tintas de Joe Quesada, comprenderán exactamente de qué hablo. Este concepto alcanza mayor impacto cuando se cae en cuenta que en este primer nivel es casi imposible avanzar si no se dispara. No hay ningún punto de referencia que nos guíe salvo por las huellas doradas del cisne; uno de los pocos puntos de color en este manchado lienzo y que apenas y se pueden ver entre tanta luz y vacío.

 

Plantas

Para los demás niveles hay nuevas formas de interacción y descubrir cada una es parte del encanto del juego, así que no se los voy a spoilear; al menos no tanto. Sólo les puedo adelantar que la mecánica de la tinta no es la única que verán. También hay niveles para jugar con agua, vegetación, luz, oscuridad y hasta con el motor de la geometría del juego. Cada mecánica está muy bien pensada y denota aprecio por el arte y la tecnología por igual. Y créanme; Swan es tan original y profundo en jugabilidad que con las fotos que pongo en este post, no les estoy spoileando nada.

 

Geometria

Tanta originalidad viene acompañada de muy buena música. Pero ojo que los temas de The Unfinished Swan no destacan por ser inspiradores ni emotivos, sino más bien por hacer llevadera le experiencia sin distraer al jugador. Melodías épicas no hay, pero sí tonadas que van de la mano con el sentimiento de tranquilidad que parece reinar en el universo de Monroe. De todos modos, el soundtrack también está disponible para descarga (a $9) en el PlayStation Store para quienes les guste.

 

Luz y sombras

Como a estas alturas comprenderán, la calidad gráfica del juego y la dirección artística van muy de la mano con la jugabilidad. Para muchos The Unfinished Swan trae gráficas muy simplonas pero deben considerar que éstas no están ahí de adorno o para llenar un espacio. Todo el contenido gráfico del juego es interactivo según la mecánica de cada nivel. Y eso no es sencillo de lograr.

La rejugabilidad del Swan es otro punto a favor, sobre todo si consideramos que la historia se acaba en apenas 3 horas, o tal vez menos. Para seguir jugando hay que liberar unos globos atascados en varias zonas de cada nivel. Los globos sirven para comprar nuevas herramientas (o «juguetes», como los llama el juego) para facilitar y/o hacer más divertidas las misiones del modo historia, que pueden desbloquearse al terminar el juego, o también pagando con globos antes mencionados.

 

Castillo

En resumen, lo que tenemos aquí es un videojuego fino, parte proyecto de amor al arte y parte osado experimento de nuevas mecánicas. Así como Portal, The Unfinished Swan puede convertirse en un referente de futuros géneros, además de inspiración para nuevos desarrolladores tan indies como los que lo crearon en un principio.

Ahora que ya saben “por qué” The Unfinished Swan es tan alucinante, la pregunta es “¿por qué no lo están jugando?”

 

Libro

 

–  Junior  –

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