Tetris | Análisis
Con la película de Super Mario a días de su estreno, es fácil no tener en el radar a Tetris, película basada en la historia del videojuego de puzzles más famoso del mundo. Que ésta obvie las salas de cine y sólo llegue a Apple TV+ tampoco ayuda, pero se trata de una eficiente y entretenida dramatización de cómo el juego pasó de un laboratorio estatal en la opresiva Unión Soviética a ser un fenómeno mundial. ¿Vale la pena verla?
Tetris es un biopic inspirado en la vida de Henk Rogers, un diseñador de videojuegos y empresario que se propuso conseguir los derechos del juego para su distribución en consolas de videojuegos y portátiles en los Estados Unidos. Luego de ganarse la confianza de la poderosa Nintendo, viaja la URSS —en ese entonces en plena Guerra Fría— para negociar directamente con su creador, Alexey Pajitnov, pero en su lugar se encuentra con una sólida muralla de desconfianza y corrupción que harán de su labor algo casi imposible.
Obviamente y desde el inicio, la película se toma muchas libertades, sobre todo en lo que se refiere a sus personajes. Nikita Efremov interpreta a un Alexey Pajitnov mucho más seco y menos amistoso que cómo conocemos al diseñador original de Tetris. Roger Altman como Robert Maxwell es una exagerada caricatura del infame magnate mediático que pretende estafar a los rusos para quedarse con los derechos a cambio de un sucio canje. Y su hijo Kevin Maxell —interpretado por Anthony Boyle— es un acartonado ejecutivo de Wall Street de los ochentas y niño malcriado multimillonario que quiere que todos lo respeten.
También están Ben Miles como el ex CEO de Nintendo, Howard Lincoln y Ken Yamamura como el fundador de Nintendo of America, Minoru Arakawa, ambos muy bien en sus papeles secundarios. De todos los personajes de soporte, quién creo que se roba el show es Oleg Stephan como Nikolai Belikov, el entonces director de ELORG —el digamos «ministerio de tecnología» de la ex Unión Soviética. Bélikov es un personaje parco y a la vez inspirador, que busca lo mejor para su país a toda costa, pero que reconoce la diferencia entre un trato justo y uno manchado por la codicia de algunos elementos de su propio estado.
Y justamente esto sucede cuando conocemos al villano de la película Valentín Trifonov (Igor Grabuzov), un corrupto funcionario de la KGB que busca ser «coimeado» para otorgarle los derechos Tetris al mejor postor. Esto incluso se alínea con los intereses de Robert Maxwell, quien piensa que tiene la batalla ganada por sus conexiones políticas y su floro pro-comunista en un país a punto de cambiar de norte.
Otro que se roba el show es Toby Jones, hoy reconocido de las películas de Marvel y quien interpreta a Robert Stein, el primer empresario que buscó licenciar Tetris y quien debido a su trato con gente desleal y su evidente tacañería, resintió hasta sus últimos días el haber perdido los derechos del juego.
Y finalmente, carreando la película está Taron Egerton como Henk Rogers, quien hace malabares para cumplir con su esposa y socia, con sus hijos y con el propio Pajitnov, pero a la vez también con su obsesión por este videojuego que lo atrapó en apenas cinco minutos luego de probarlo en una feria. Egerton hace un papel excepcional como el apasionado empresario y gamer de corazón que no se rinde ante nada para llevar a Tetris ante los ojos del mundo.
Por supuesto, Tetris cuenta con inexactitudes que surgen de obvias decisiones cretivas. La matonería de los miembros de la KGB, los plot twists y la simplicidad con la que todo se arregla al final son todos dignos de una película ochentera. Y me puedo estar equivocando, pero dudo que en la vida real Alexey Pajitnov haya rescatado a Rogers atropellando a miembros de inteligencia rusos gritando «¡suban al auto!» para luego protagonizar una persecusión por las calles de Moscú como si se trata de un episodio de «Los Magníficos». Digo nomás.
Ojo que esto no descalifica la puesta en escena de Tetris, la película. Aún con todo el humor e informalidad que se la ha inyectado, el filme se las arregla para vendernos de manera muy efectiva la opresión de la antigua URSS, la falta de comunicación, la hostilidad hacia Rogers y la sensación de siempre estar vigilado; esa que caracteriza a los buenos thrillers de espionaje.
Tal vez el único punto realmente flojo del filme sería el poco énfasis en mostrar la relación entre Pajitnov y Rogers; por momentos apagada y derrepente en ascenso, ésta se diluye en el apurado guión para ser cosa de unos pocos momentos que muestran ese verdadero compañerismo que fue o pudo ser, dependiendo de qué tanto querramos creernos esta historia. Había lugar para más, pero faltó.
Al final todos sabemos qué pasó con Tetris. El juego terminó siendo licenciado, tanto por Nintendo como por otras empresas. Sabemos que Henk Rogers consiguió sacar a Alexey Pajitnov de la asfixiante Unión Soviética y darle una mejor vida en los Estados Unidos con todo el dinero que se merecía por su obra. No hay sorpresas aquí, excepto por cómo se ha contado la historia para hacerla digerible y entretenida.
Aún cuando es un poco informal, un poco acelerada y no es 100% precisa en en términos históricos, la película de Tetris cumple con vendernos una historia que por ratos tiene chispazos de spy drama y por otros de película «pop», sobretodo con esas transiciones animadas sacadas de documentales como High Score de Netflix o la película de Scott Pilgrim. Todo esto es clara evidencia que se ha buscado contarnos una historia de manera amena y no aburrirnos con dramones corporativos. Misión cumplida y aplausos para el director John S. Baird quien viene de trabajar en series exitosas para la BBC y otros proyectos de la mano con Martin Scorsese y Danny Boyle.
Conclusión
Tetris es un filme ligero, pero atrapante, que cuenta una parte de la historia de los videojuegos que pocos conocen. Y al ser tan cercana a la parte corporativa y política de ésta, se apoya mucho en libertades creativas para no aburrir. No es un documental, así que no esperen aprender datos exactos sobre la creación del popular juego. Lo que sí pueden esperar es un buen filme, con una trama bien contada y que seguramente despertará el interés por la verdadera —y fascinante— historia de Henk Rogers, Alexey Pajitnov y sus familias, hoy responsables de The Tetris Company y del presente y futuro de esta excepcional franquicia. Recomendado.
Tetris esta disponible en exclusiva en Apple TV+.