A comienzos de semana me di con esta noticia: GameStop está vendiendo Xenoblade Chronicles para Wii a $90. Más que el precio alto, lo que me llamó la atención fueron las condiciones en las que se vende el juego. No sólo se vende como juego usado, sino que además Xenoblade es un juego para venta exclusiva en GameStop, detalle que esta tienda pretende explotar de forma muy sucia.
Para entender mi malestar primero hay que explicar que Xenoblade Chronicles, al igual que otros RPGs japoneses como The Last Story y Pandora’s Tower, no estaba dentro de los planes de Nintendo of America ni de ningun otro publisher para ser publicado en nuestra región (y con esto me refiero a occidente). Un grupo de fans lanzaron la «Operación Rainfall» para tratar de convencer a Nintendo de traducir y publicar estos juegos y aunque no se sabe si se debió a esta iniciativa o no, Nintendo finalmente decidió localizar The Last Story y Xenoblade Chronicles para el mercado americano. El único «pero»: Xenoblade sería vendido exclusivamente en la cadena de tiendas GameStop y por Nintendo en sus canales online.
Hasta ahí todo bien ya que GameStop, nos guste o no, tiene una forma de hacer negocios muy particular con los publishers. DLCs exclusivos, artbooks de colección y un largo et cétera son parte de lo que ya estamos acostumbrados a recibir de GameStop a cambio de la compra (o pre-compra) en sus tiendas. Esta exclusividad no pintaba mal… al menos hasta que Xenoblade se volvió escaso.
A estas alturas encontrar una copia de Xenoblade es algo dificil y los retailers lo saben. Amazon tiene en lista el juego a $150 a través de tiendas de terceros. Esta es la supuesta excusa de GameStop para ofrecer su producto a $90: La ley de la oferta y la demanda. El mercado determina el precio. «Business is business«. Esto, como es de esperarse, lo acepta todo el mundo como lo más normal; pero como dijimos antes, las condiciones en las que se ofrece el juego en las tiendas GameStop son las que le han levantado la ceja a más de un medio especializado.
Para entender esto, también hay que entender cómo hace plata GameStop. Como cualquier tienda, GamesStop vende productos a un precio estándar determinado de antemano; un promedio de $50 -$60 por juego, dependiendo de la consola y del publisher. De ese precio, se estima que un 18% a 22% es la ganancia neta que recibe la tienda, mientras que el resto va para el publisher y los desarrolladores que crearon el juego. ¿Todo bien hasta ahí?
Pues ahora la cosa se pone color de hormiga. GameStop no solo vende videojuegos, sino que también compra estos mismos juegos a clientes que ya los terminaron o estuvieron descontentos con el producto. Pero GameStop no le paga al gamer, digamos, $40 o $45 por estos juegos, sino que paga un risible monto que a veces no supera los $15. Esto sin importar si el juego fue comprado horas antes o si fue abierto por error; la politica de GameStop es «si el juego está abierto, ya perdió su valor de reventa». Luego de comprar estos juegos, la tienda los reempaca (a veces muy escuetamente) y los revende a $5 menos del valor de un juego nuevo; o sea a $45 – $55 en promedio. Y el gamer americano promedio, ni corto ni perezoso, aprovecha esta «oferta» casi al instante. ¡Negocio redondo!
Pero hay más. GameStop compra, vende y declara legalmente estos juegos usados como «bienes usados», más no como videojuegos per se. Esto hace que la reventa de los juegos no genere ganancias ni para el publisher, ni para los desarrolladores. Esos $30 – $40 extra que GameStop percibe por cada juego usado se va directamente a su cuenta de banco.
Pero tal vez la peor y más criticada política de GameStop es la abrir los juegos nuevos y sacar los discos de sus cajas originales «por motivos de seguridad». Los discos se guardan en un cajón (o en el depósito para empleados) y una vez que el cliente compra el juego «nuevo», se le entrega la caja abierta, se introduce nuevamente el juego y se «sella» la caja con un sticker que dice, descaradamente, «NEW» (nuevo). Esto no sucede con todos los juegos, pero sí con la gran mayoría. Yo, personalmente, contaría un 80% de ocurrencia de este sistema en mis repetidas compras en la cadena.La política de «si el juego está abierto, ya perdió su valor de reventa», no aplica para la tienda, quien sabe que tiene la sartén por el mango.
A estas alturas ya deben haber deducido entonces el por qué de mi indignación con el tema de Xenoblade: GameStop es el distribuidor exclusivo de este juego, del cual ya no existen copias. Sospechosamente, este mes GameStop «recibe una cantidad limitada de copias» (segun sus propias declaraciones a Joystiq), las cuales se venderán sólo en sus tiendas. Y todas estas copias que repentinamente están disponibles resultan estar ABIERTAS, así que se venderán como JUEGOS USADOS, o sea, sin reportarle ganancias a Nintendo ó a los desarrolladores, Monolith Soft. Nuevamente, negocio redondo.
Pueden tildarme de paranóico y desconfiado, pero haciendo rápido el cálculo, a GameStop le conviene mucho más «comprarse a si mismos» y abrir cada juego (cosa que ya hacen), pagarle su parte a Nintendo (un porcentaje del precio oficial de $50), y luego, si tener que pagarle nada a ningun gamer por su juego de segunda, revender ese juego en $90 y quedarse con toda la ganacia neta; en un abrir y cerrar de ojos (y de caja), GameStop hace el negocio del año con quienes quieren Xenoblade al punto de pagar casi el doble de su precio por un producto usado y, hasta cierto punto, manchado por una mala práctica comercial.
Y como dije, llámenme paranóico si quieren, pero les pido que lean esta anécdota que me sucedió en un GameStop de Miami hace unos años, sólo para darse una idea de la contextura moral de algunas de sus políticas comerciales:
En el 2003 pre-compré mi copia de The Legend of Zelda: The Wind Waker, la cual me costó $50. Pagué por adelantado y en efectivo con tres meses de anticipación para garantizarme el juego ni bien saliera a la venta. Cuando llegó el día de lanzamiento, me acerqué, como muchos otros gamers, a la tienda GameStop a recoger mi juego. En la tienda, nos recibió un empleado quien nos explicó que habían llegado muy pocas copias del juego, que la pre-compra no servía de nada y que por decisión de la gerencia se daría prioridad a quienes trajeran un juego usado para canejarlo como parte de pago.
Era inaudito. Todos los que estábamos ahí esperando habíamos pagado al 100% el valor de nuestro juego, pero GameStop decidió que eso no bastaba. Con muy poca sangre en la cara, el manager de la tienda se nos acercó y nos dijo que, si no teníamos un juego usado para ofrecer deberíamos regresar al día siguiente «a ver si había suerte» y podíamos recoger nuestro juego. Y en el colmo del descaro, el empleado de la tienda nos ofreció vendernos uno de sus tantos juegos usados, a un precio mínimo de $5, para luego poder revendérselo por $1 y así poder recibir The Wind Waker ese mismo día. Esto ya no era capitalismo, ni era «business». Esto era extorsión, así de simple.
Y parece que esto también lo sabía el gerente de la tienda, pues cuando amenacé con ir en busca de un policía y del gerente de la otra tienda de GameStop que había en el mismo centro comercial, éste accedió a darme el juego como si nada hubiera pasado. Ya no había «poca unidades» ni «prioridades». Bastó que uno o más clientes levantaran la voz para poner en su sitio a GameStop.
Ojo que con esto no quiero tirar abajo la reputación de toda la gente que trabaja en un GameStop. Así como en otras cadenas multinacionales, hay buenos y malos elementos; y sí, también he tenido muy buenas experiencias en algunas tiendas de GS, sólo que esas las puedo contar con los dedos de una mano. Al ser una franquicia tan omnipresente en todo EE.UU. y ser prácticamente un monopolio de este rubro en particular, GameStop hace con sus políticas y trato al consumidor lo que le da la gana.
Ahora último sólo visito estas tiendas cuando las ofertas son excepcionales y cuando la mercadería que me ofrecen está completamente nueva y sellada. Desafortunadamente, para los fans de los RPGs, este no es el caso de Xenoblade Chronicles ni de muchos otros juegos que seguro correrán la misma suerte si es que el consumidor, el gamer con principios, no se hace respetar.
Nota: En las declaraciones a Joystiq, GameStop adelantó que planea hacer lo mismo con Metroid Prime Trilogy, otro juego que anda por los $250+ en Amazon. Que finos.