Recién me entero que Tetsuya Mizuguchi se alejó de los videojuegos :(
No me acuerdo qué estuve haciendo el pasado 20 de setiembre. Seguramente estuve ocupado con mi hijo o escribiendo alguna nota para este blog, terminando alguno de los tantos juegos que tengo en cola ó simplemente rockeando con Rock Band. Como sea, ese jueves me perdí una noticia que, por lo que averigüé, también pasó desapercibida para muchos: Tetsuya Mizuguchi abandonaba el desarrollo de videojuegos.
Varias veces quise hacer una nota para mi blog o para alguna revista sobre la trayectoria profesional de Mizuguchi, pero siempre me quedaba corto de espacio y adjetivos. “Miz” comenzó su carrera en Sega creando software para simuladores, cosa que lo ayudó al momento de producir Sega Rally Championship para la división de arcades AM3 de Sega. Después pasó a Sega AM9, luego bautizada como United Gaming Artists, en donde trabajó en Space Channel 5 y Rez, siendo este último su juego más influyente.
¿Qué tan influyente? No voy a hablar por otros gamers, pero sí puedo decir algo: Rez es sin duda el juego de mi vida. Salió para Sega Dreamcast en Japón y llegó a los EE.UU. en una versión para PlayStation 2. Tuve la suerte de probar un demo y de entrada quedé hipnotizado de lo alucinante que resultaba la experiencia. Rez era un juego estilo shooter de naves, bien “arcade”, que me dejaba interactuar con el soundtrack electrónico con cada acción del control. Para alguien como yo, a quien le encantan los juegos musicales, Rez resultó ser el juego perfecto. Es como si Mizuguchi hubiera hackeado mi cerebro y creado el videojuego que había esperado desde mis inicios con el Colecovision. Desafortunadamente, tuve que esperar casi tres años para poder jugarlo completo, ya que muy pocas copias fueron producidas y conseguir un original (comprar la versión pirata hubiese sido un insulto al trabajo de Mizuguchi) me tomó varios viajes al extranjero y muchas visitas infructuosas a tiendas y supermercados. A pesar de la demora, e incluso hoy en día, cuando me preguntan por mi juego favorito, la colorida portada de Rez es la primera imagen que se me viene a la mente.
Pero la carrera de Mizuguchi continuó, aunque ya no con Sega. Ante la disolución de UGA y la inminente fusión con Sammy, “Miz” dejó Sega y formó su propio estudio, Q? Entertainment. Su primer proyecto fue otro de mis juegos favoritos: Lumines para PSP, del cual hace poco hice una nota. Casi a la par con la secuela Lumines 2, Q? también desarrolló Meteos para Nintendo DS que, al igual que Lumines, fue una variable de la fórmula de Tetris, pero con una clara orientación musical. También añadió a su currícula versiones mejoradas del independiente Every Extend (titulado Every Extend Extra) y Gunpey, juego desarrollado en parte por el recordado Gunpei Yokoi. Fue en este período que Mizuguchi recibió más cobertura mediática, aunque no siempre de la buena.
Primero por parte de Disney, quienes publicaron algunos de sus juegos bajo el sello Buena Vista Games y luego de Microsoft con el decepcionante Lumines Live! y su pésima política de venta de DLC. Otro de sus juegos no-musicales, Ninety-Nine Nights, un evidente clon de la saga Dynasty Warriors, tampoco obtuvo la acogida de la crítica y ni de los gamers. Menos mal, para balancear estos traspiés, también produjo Rez HD para Xbox 360, con efectos y musicalización mejorados.
Hace poco Mizuguchi regresó con dos proyectos. El primero fue Child of Eden para Kinect, una clara oda a Rez pero con el uso de controles de movimiento; y en febrero de este año con el nuevo Lumines Electronic Symphony para la debutante PS Vita. Ambos recibieron muy buenas críticas, aunque por el lado comercial quedaron apenas parejos. Y hay que tomar en cuenta que paralelo a todo este trabajo videojueguil, Miz también tiene su banda, Genki Rockets, con la cual plasma muchos de los temas usados en sus títulos musicales.
Enterarme (tardíamente, además) del retiro de Mizuguchi me chocó de sobremanera. A diferencia de Shigeru Miyamoto o Hideo Kojima, a quienes admiro por sus imaginativos mundos e historias, mi admiración por el trabajo de Tetsuya Mizuguchi va más allá porque me cautivó musicalmente; algo que para muchos tiene más trascendencia psicológica que los diálogos inteligentes ó el más detallado acabado gráfico. Una última nota que leí ayer daba cuenta que Mizuguchi aun trabajaba en Q? pero como “portavoz” y que ahora se encuentra dictando cátedra en la universidad Keio de Japón. De seguro le irá bien.
Cierro esta nota con una anécdota. Durante el E3 2011 tuve la suerte de encontrarme con Mizuguchi en el pasillo que separa los pabellones del show. Entre el cansancio del viaje, la búsqueda de entrevistas y la cruda impresión de tenerlo frente a mí, no atiné a tomarme una foto con él ni a pedirle un autógrafo. Mi cabeza estaba en un estado tan “business” que sólo se me ocurrió pedirle un saludo a nombre del medio al cual representé. Mizuguchi, sonriente pero apurado por su cuerpo de seguridad, cumplió con saludar, pero salió corriendo a una reunión de negocios y se perdió en el mar de gente que asiste al E3. Esta foto es parte de ese video y es el único recuerdo que tengo de mi encuentro con él.
Con suerte, para el próximo E3, me lo encontraré nuevamente ya sin las presiones del trabajo periodístico y le pediré que me autografíe mi disco de Rez. Y si me da tiempo, tal vez contarle todo esto que he escrito. Y de paso, cargosearle para que regrese al desarrollo de videojuegos. Si regresa, seguro la noticia no pasará desapercibida.
– Junior –