Pokémon Scarlet & Violet | Análisis
Luego del prometedor —pero accidentado— Pokémon Legends: Arceus, Game Freak finalmente presentó su segundo lanzamiento programado para este año: Pokémon Scarlet & Violet, los esperados videojuegos de la novena generación de la franquicia.
Si bien el título estrenado en febrero fue un experimento que llevó la fórmula de la saga por un camino innovador, estas dos entregas introducen una nueva región llena de criaturas nunca antes vistas, así como también más mecánicas que si bien suponen un gran cambio en la estructura básica de la serie principal, se sienten como una extensión de a lo que ya tiene acostumbrados a sus fans. Son dos videojuegos más tradicionales que se animan a explorar nuevos horizontes.
¿Los desarrolladores habrán aprendido de los tropiezos que tuvieron con Legends Arceus pese a su interesante propuesta o estamos ante “un título más” de la franquicia de entretenimiento más valiosa del mundo?
Bienvenidos a Paldea
Pokémon Scarlet & Violet transporta a los jugadores a Paldea, una nueva región que se acopla al extenso universo de la franquicia. En esta ocasión, la inspiración principal para los escenarios y ciudades presentes en el mapa fue España, pero también algunas que están basadas en otras naciones europeas.
La premisa de estos títulos inicia simple, pero se vuelve más compleja con el pasar de las horas. El jugador encarna a un nuevo estudiante de la prestigiosa escuela Naranja/Uva (dependiendo de la versión) para iniciar con sus clases.
Tras conocer a Clavell, Director de la institución y a Nemona, presidenta del consejo estudiantil que alcanzó el nivel de campeona por su destreza en el combate, el protagonista se encuentra con Koraidon/Miraidon (de nuevo, dependiendo de la versión), un peculiar Pokémon legendario que encalló en una playa y desde entonces lo acompañará en sus aventuras.
Para esta generación, el jugador debe explorar tres caminos para completar la campaña. La primera es Travesía de la Victoria, la cual consiste en la clásica recolección de las ocho medallas de los líderes de gimnasio de toda la región para enfrentar al Alto Mando y al campeón de turno.
La segunda es la Senda Legendaria, en la que debemos ayudar a un personaje llamado Arven a vencer a los cinco Pokémon dominantes que se encuentran en Paldea para obtener las Especias Ocultas que lo ayudarán a salvar a un viejo y valioso amigo.
Por último, tenemos la Vía Stardust, en la que, por petición de un misterioso personaje que se hace llamar Cassiopeia, iremos a las cinco bases principales del Equipo Estrella -un grupo de estudiantes que se niegan a asistir a clases- y derrocaremos a los líderes de dichas fortalezas para que el grupo se disuelva.
Este son los primeros títulos de la serie principal que tienen una estructura de mundo abierto. Tras llegar a cierto punto, el jugador puede explorar Paldea a su gusto y tiene la posibilidad de cumplir con los objetivos de las líneas principales de la historia en el orden que le plazca, alejándose de la clásica fórmula que anteriores generaciones de la franquicia mantuvieron.
Esto funciona bastante bien ya que no estamos sujetos a un orden establecido por los desarrolladores, sino que podemos enfrentar los desafíos del videojuego a nuestro propio ritmo. Si deseamos ir a una zona con Pokémon más fuertes, podemos hacerlo. Si preferimos avanzar con una de las tres historias en particular, nada nos lo impide. La libertad que brinda este título es excelente y, sin duda, uno de sus puntos más fuertes.
Respecto a la historia, si bien la Travesía de la Victoria puede resultar ser un tanto más estándar o “clásica” en lo que a la franquicia respecta, Senda Legendaria y Vía Stardust son gratas sorpresas que dedican más tiempo a explorar a sus personajes principales y el trasfondo de sus acciones. No todo se centra en el jugador y eso permite profundizar las dimensiones de Arven, Cassiopeia y otros individuos que aparecen en estas líneas.
Sin duda fue un experimento un tanto arriesgado, pero, tomando los aspectos positivos de Pokémon Sol y Luna con sus historias paralelas a la principal, así como también los grandes escenarios semi abiertos de Espada/Escudo y, sobre todo, de Legends: Arceus, Pokémon Scarlet & Violet hace un gran trabajo en este apartado.
La franquicia se sigue renovando
En cuanto al sistema de combate se refiere, Pokémon Scarlet & Violet no introducen un cambio revolucionario como el tipo Hada de la sexta generación, pero, tal como viene haciendo desde X e Y, Game Freak añadió una nueva mecánica llamada Teracristalización. El jugador puede transformar a un Pokémon en un nuevo estado que le permite cambiar su tipo elemental y aumentar la potencia de los ataques correspondientes a este tipo.
Puede sonar sumamente simple o hasta decepcionante si lo comparamos con las megaevoluciones o los fenómenos gigamax/dinamax, pero esta nueva mecánica le brinda un nivel más de estrategia a los combates, sobre todo para la escena competitiva de la saga. Cabe resaltar que la Teracristalización sólo puede ser usada una vez por batalla ya que, para volver a utilizarla, debemos ir a un Centro Pokémon.
A diferencia de Legends: Arceus, los Pokémon de Scarlet & Violet deben ser capturados de manera tradicional, es decir, entrar en combate, debilitar lo suficiente a la criatura sin vencerla y luego lanzarle Pokébolas. Siento que la mecánica más interesante de este título fue desaprovechada ya que, si bien quizás no se adapta muy bien a un videojuego de la línea principal, pudo haberse implementado de alguna forma con ciertos cambios.
Afortunadamente, Game Freak lo compensa con algunas interesantes opciones como una mecánica con la que podemos ordenar al primer Pokémon de nuestro equipo enfrentar a criaturas salvajes de forma automática. Si nuestro compañero es lo suficientemente fuerte o su tipo elemental le confiere ventaja frente a su rival, podrá vencerlo con facilidad y nos dará puntos de experiencia para toda la alineación. Pese a que este método nos confiere menos puntos en comparación con los que ganamos si nos enfrascamos en combate, es una herramienta válida para farmear experiencia si nos cansamos de las batallas.
La comida también adquiere un mayor valor en esta aventura. El jugador puede ir a los múltiples restaurantes que están ubicados en las ciudades y ordenar platillos que confieren diversas bonificaciones como mejorar el éxito para capturar Pokémon, la posibilidad de aparición de criaturas según su tipo elemental y otros.
Por si fuera poco, también se puede armar un picnic en algún terreno vacío del escenario para crear sándwiches con ingredientes que vayamos recogiendo o comprando en tiendas. Estas creaciones confieren las mismas bonificaciones y hasta puede ampliarse su potencia dependiendo de los insumos utilizados.
Por supuesto, también está a nuestra disposición la criatura legendaria que hallamos al inicio: Koraidon para Scarlet y Miraidon para Violet. Este Pokémon le sirve al jugador como si de una montura se tratara y si bien en un inicio solo permite atravesar el amplio mundo de forma más rápida, a medida que avanzamos la Senda Legendaria, va ganando más habilidades útiles para explorar hasta los más inhóspitos rincones del mapa como planear, trepar muros y atravesar ríos o mares.
No quisiera dejar fuera el modo multijugador en línea, ya que creo que se trata de una experiencia que vale la pena probar. Mediante el apartado Poké Portal en el menú, se tiene la opción de unirse a la partida de otro jugador o de ser el anfitrión para que hasta tres personas se unan. De este modo, el equipo puede explorar Paldea de forma cooperativa. Uno de los detalles que más resaltan es que, si el host está jugando en la versión Escarlata y un jugador de la versión Púrpura se une a su partida, este último tendrá la chance de capturar las criaturas exclusivas de dicho videojuego.
La cantidad de mecánicas añadidas a la novena generación nos permite disfrutar de la saga principal de Pokémon con frescura. Debo admitir que, en lo personal, las tres últimas generaciones no fueron de mi total agrado, pero en esta oportunidad me sentí afortunado de poder regresar a la franquicia con estos títulos ya que innovan lo suficiente como para volver a capturar la atención de un veterano de la saga como yo.
Probablemente estaríamos ante el título más sólido de Pokémon en años… si no fuera por un gran detalle que no puede pasar desapercibido.
Un desastre técnico
El apartado visual de Scarlet & Violet le resta varios puntos a los videojuegos en general ya que, si bien Legends: Arceus fue duramente criticado porque su cel shading lucía mediocre en comparación con otros títulos lanzados en Nintendo Switch (véase Xenoblade Chronicles 2 y, por supuesto, The Legend of Zelda: Breath of the Wild), este luce incluso peor comparado con el de su antecesor.
Paldea era una región con un amplio potencial para explotar, pero esto se ve muy comprometido por una variedad de texturas de baja calidad que incluso hacen lucir a los terrenos un tanto vacíos en ciertos casos. Los modelos 3D de los Pokémon parecen haber sido mejor trabajados y las animaciones de combate son bastante mejores que lo exhibido en Espada/Escudo y en Legends: Arceus, pero la presentación en sí es lamentable ya que estos títulos siguen sin estar a la altura de los estándares de la industria en pleno 2022, sin recursos esenciales como actuación de voz y sin poder trasladar correctamente el buen arte conceptual al producto final.
Pero esto no es lo más grave de Scarlet & Violet. Sí, puede seguir siendo muy simplista en lo que a gráficos respecta, pero eso no justifica el hecho de que estos dos videojuegos son un desastre técnico de temer, tratando de correr a 30 cuadros-por-segundo pero sin poder llegar a hacerlo correctamente.
La mayor parte del tiempo, estos títulos corren a 20 FPS mientras nos movemos sobre nuestra montura y el framerate cae en varios momentos, provocando mini pausas que en definitiva merman la experiencia de juego severamente. Por si fuera poco, los videojuegos tienen un pop-in muy agresivo, con elementos como Pokémon u objetos apareciendo de golpe frente a nosotros a medida que nos acercamos a ellos, y ciertos fallos que provocan crashes, aunque en mi caso particular sólo me topé con esto una vez.
Es imperdonable que dos videojuegos lanzados al mercado a un precio de US$60 tengan semejantes errores que no se deben precisamente al hardware en que se reproducen, sino a una falta de pulido que podría haberse solucionado con más tiempo y dedicación. Ni siquiera Legends: Arceus con su apartado gráfico tan poco inspirado tenía caídas de rendimiento de esta magnitud. Estas deben ser corregidas pronto con actualizaciones futuras ya que en verdad te sacan de lo inmersivos que pueden resultar estos títulos.
Conclusión
Pokémon Scarlet & Violet, igual que Legends: Arceus, son videojuegos con un potencial enorme. Estos títulos no temen alejarse de la fórmula clásica de la franquicia utilizada hasta el cansancio a lo largo de ocho generaciones para ofrecer una experiencia fresca y lo suficientemente renovada como para seguir atrayendo tanto a recién llegados como a veteranos que incluso se alejaron de la saga por un largo tiempo.
Sin embargo, este potencial se ve comprometido porque el apartado visual y técnico no están a la altura de su historia, jugabilidad y banda sonora. Lanzar dos videojuegos en un solo año no fue el mejor plan de Game Freak y eso se nota por el resultado de sus dos proyectos lanzados en 2022. Scarlet & Violet son la prueba de que Pokémon aún tiene mucho para dar, pero que nunca podrá llegar a nuevos horizontes si el desarrollador no se compromete a entregar un producto técnicamente aceptable.
El hecho de que Pokémon Scarlet & Violet hayan vendido unas 10 millones de unidades en sus primeros tres días es prueba de que, si el fan de la franquicia no exige más al desarrollador de los videojuegos de su atesorada franquicia, jamás podrá unificar criterios y eso es algo preocupante.
Disclaimer: Este análisis fue escrito basado en gameplay de una copia del juego provista por Nintendo. Esto no afecta nuestra opinión editorial ni puntuación del juego.