Análisis: Tearaway (PS Vita)
Acabo de jugar uno de los mejores juegos para PS Vita y estoy casi seguro que no estuvo en la lista de compras de navidad de muchos gamers, hardcore y casuales por igual. Y hasta cierto punto, no los culpo. Tearaway, el título en cuestión, no tiene un héroe 100% marketeable, no viene de regalo con la portátil ni en PlayStation Plus, no tiene ni gota de shock value y menos multi-jugador online. Lo que sí tiene Teraway es un montón de ideas creativas aplicadas inteligentemente a lo que el PS Vita puede hacer. O sea, es uno de esos juegos que “dejan huella, pero que no venden”, como diría cualquier especialista de marketing.
Pero aquí estamos entre gamers y eso no nos interesa. Hablemos del juego: El protagonista de Tearaway es Iota, un pequeño ser hecho de papel. No es un personaje sombrío, ni está “alterado genéticamente para ser un super soldado” ni esconde un pasado oscuro. La misión de Iota es llevar un importante mensaje a The You, o sea al jugador, quien observa este vasto universo de origami a través de la cámara frontal del Vita.
Hay mil formas de ayudar a Iota durante su aventura. De a pocos el juego nos enseña darle un empujón a cada salto dándole un tap a la superficie táctil trasera del Vita, a chancar enemigos en la pantalla, a mover objetos, romper el suelo, rasgar paredes, etc etc etc y más etc. Hay mucho que hacer en Tearaway porque todo es interactivo. Hasta soplar y cantar tiene un efecto (el Vita tiene micrófono incorporado). No es un juego que tiene el gimmick de la interacción táctil como un extra; es un juego donde esa interacción es parte integral del gameplay. Al comienzo pensaba que sin todo esto Tearaway podría ser un platformer de aventuras convencional, pero en cada nuevo nivel que me encontraba me daba cuenta que sin toda esa interacción “adicional”, el juego tal vez no existiría.
Tearaway es una creación de MediaMolecule, los mismos de LittleBigPlanet, asi que no es raro ver un nivel tan alto de detalle en el mundo de Iota. Hasta el sonido del papel rasgándose tiene ese no-se-que que te invita a hacerlo de nuevo y la animación de los personajes de verdad trae a la vida a cada uno de ellos; algo que veía difícil de lograr tomando en cuenta que podemos personalizar a Iota como nos dé la gana (hay una versión femenina de Iota llamada Atoi disponible desde el comienzo). Todo el sistema de personalización se basa en stickers (como en LBP) que podemos comprar con puntos durante el juego pero también existe la opción de crear objetos dibujando en la pantalla o “jalar” texturas del mundo real con la cámara del Vita. Hay niveles de plataformas que se han más complejos con los sensores de movimiento y puzles que piden poner más de un dedo en la pantalla (sorry, Wii U Gamepad).
Estoy seguro que algo se me está pasando; es probable que tenga que jugar Tearaway otra vez para encontrar algo nuevo que hacer dentro o fuera del juego, como armar los papercrafts que el juego te deja exportar cuando encuentras secretos. Sí, verdaderos papercrafts. Aquí les doy uno, gratis, para que vean que no es cuento.
Con todo esto, no me queda sino recomendarle Tearaway a todos los que tengan un PS Vita. Los desarroladores han tomado cuantas ideas tuvieron y crearon algo que destruye el estigma del tech demo, lo cargaron con una historia encantadora con personajes y momentos memorables, aprovechando y excediendo la capacidad de la portátil con excelente contenido. Es lo que todo game designer sueña con lograr, creo yo, más allá de vender millones de copias o estar de moda por quince minutos.
Al final, Tearaway va a ser uno de esos juegos que no vendieron, pero que definitivamente dejaron huella.