Tony Hawk’s Pro Skater 1+2 | Análisis
En 1999 Activision y Neversoft se unieron para crear uno de los videojuegos más influyentes jamás creados. El primer Tony Hawk’s Pro Skater redefinió los títulos basados en los llamados «deportes extremos» y de paso le cambió la vida al patinador profesional que le dio su nombre. Pero la cosa fue más allá. Derrepente una nueva generación encontró en este videojuego una ventana hacia una cultura desconocida. El skateboarding se volvió mainstream de la noche a la mañana y dejó de lado su etiqueta de subcultura californiana para siempre. Hoy, casi 21 años y una decena de secuelas después —tanto buenas como malas— la leyenda, el Hombre Pájaro, el Halcón está de regreso y más revitalizado que nunca en Tony Hawk Pro Skater 1+2.
Éxito y patinadas
Pese a sus exitosos orígenes, el camino de la franquicia Tony Hawk Pro Skater no ha estado libre de traspiés. Las cuatro primeras entregas fueron revolucionarias y su reimaginación en la saga Underground mantuvieron su calidad, pero cada posterior spin-off y juego porteado con ánimo de lucro le iba quitando lustre al brillo de los originales.
La salida de Neversoft y la toma de posta por parte de la novel Robomodo flaco favor le hicieron a la franquicia. Luego de los infames Ride, Shred y el deficiente remaster THPS HD llegó la 5ta entrega numerada que terminó de sellar el destino de esta serie, entrando en un coma profundo por casi cinco años.
Si te caes, levántate
El revival de Tony Hawk’s Pro Skater llega en el momento justo. La actual generación de consolas de videojuegos se ha caracterizado por la presencia de remasters y remakes de títulos clásicos que jamás esperábamos ver de vuelta. Y es que más allá de si nos gustan o no los refritos de nuestros juegos favoritos, hay que aceptar que la gran mayoría de estos han resultado bastante buenos gracias a equipos de trabajo como Bluepoint, Hexadrive y Vicarious Visions.
Y fue precisamente Vicarious Visions la encargada de tomar la batuta y traer de regreso al videojuego de skateboarding por excelencia. Tras su excelente labor con el remake de la trilogía de Crash Bandicoot y con el apoyo de sus colegas de Beenox —estudio que revivió al clásico Crash Team Racing— esta vez tenemos un verdadero «refrito de lujo» que incluye todo lo que nos gustó de original, además de esa dosis de cultura skater que dejamos de lado junto con nuestras viejas patinetas.
De vuelta a lo básico
La genialidad del Tony Hawk’s Pro Skater del ’99 sirvió de base para este remake, literalmente. Los programadores de Vicarious Visions tomaron prestado el código fuente del original para lograr el balance perfecto entre física real y fantasía. Esa interación perfecta, esa sensación de sacar un ollie con un solo botón, volar por los aires desafiando la gravedad, encadenar manuals y reverts y aterrizar de forma tan sólida, ese «game feel» ha sido emulado a la perfección y es lo que va a tranquilizar a los escépticos cuando prueben este juego por primera vez.
Tony Hawk’s Pro Skater 1+2, como su nombre lo indica, contiene dos juegos en uno. Pero no se trata de un compilado como los que conocemos. Aquí el juego es uno solo, pero se divide en dos campañas, cada una con sus propios skateparks y retos. Además traer un tercer bloque; un modo libre Free Skate que combina todos los mapas para dar recorridos de práctica sin la presión de los retos o el reloj.
Tal vez la decisión más acertada que tomó Vicarious Visions con este remake fue la implementación de un «hub» o eje central para toda la experiencia donde se contabilizan los retos, puntajes y avance del jugador. En THPS 1+2 no tenemos que pasar cada campaña para levelear a nuestro skater, sino que todo lo que vamos desbloqueando y ganando al cumplir los más de 700 retos disponibles se suma en un solo pozo, y así la sensación de haber logrado algo nuevo nunca se detiene. Cada kick flip, cada medalla, cada tarea cumplida por más mínima que sea se contabiliza y genera dinero virtual para comprar nuevas tablas y ropa ó va sumando puntos para elevar tu nivel y desbloquear todavía más contenido. Es una fiesta para quienes extrañan sacarle el jugo a sus juegos sin necesidad de pases de temporada ó DLC pay-to-win.
Pasado y presente de la cultura skater
Que Tony Hawk’s Pro Skate 1+2 es una verdadera cachetada a la nostalgia para los fans de original, eso ni dudarlo. Pero tal vez lo sea aun más para quienes vivieron su adolescencia y temprana adultez entre 1987 y 1991 subidos en un skateboard. Para ellos la skate shop del juego es un verdadero monumento a la cultura del skateboarding, con las tablas (o decks) mas representativos de aquella época digitalizadas de forma exquisita y con muchísimo respeto. Allí está el arte icónico de la Rob Roscopp «Face» de Santa Cruz, de la Vision «Psycho Stix», de la Powell Peralta «Skull & Snake» de Mike McGill y de toda la colección Birdhouse de Tony Hawk. Es así como este videojuego se convierte no solo en un producto de entretenimiento pop, sino también en un documento de archivo para las próximas generaciones.
Pongámos técnicos
Pero basta de nostalgia y sentimentalismo. Aquí estamos analizando un videojuego y éste es más que todo el decorado nostálgico. La parte técnica principal, la de la física, ya la dimos por cumplida. En el apartado gráfico no hay por qué temer pues si revisamos el trabajo de Vicarious y Beenox veremos que no se andan con mamadas y dan el todo por el todo en cada entrega. THPS 1+2 luce gráficos, animaciones e iluminación de increíble calidad, a lo que hay que sumar el mix de sonido que incluye las voces originales de los skaters invitados en cada gesto, caida y celebración.
Y si vamos a hablar de sonido, pues tenemos que mencionar la banda sonora. THPS ostenta una envidiable selección musical que muchos recordamos y que lanzó a la fama a muchas bandas poco conocidas en tiempos pre-internet. Claro, la intro del juego suena a «Guerrilla Radio» de los legendarios Rage Against The Machine, pero una vez en la pantalla de inicio es cuando entra la sublime «Superman» de la banda Goldfinger para bajarnos las defensas y terminar de darnos la bienvenida nuevamente al skatepark virtual del famoso «Birdman».
Lastimosamente la banda sonora del original no esta completa en este remake, pero sí se ha incluido nuevos temas más actuales y acordes con lo que las nuevas generaciones de skaters aprecian en sus listas de reproducción. Personalmente estas canciones no son de mi agrado, pero tenemos la opción de apagarlas en la configuración de audio. De paso, ya que estamos por ahí, podemos aprovechar las numerosas opciones de accesibilidad para facilitarnos la vida al hacer trucos o regresar al mapeo clásico de los Tony Hawk’s de antaño aunque nos cueste un par de caídas de más.
Para cerrar el paquete, no podemos sino quedar atónitos ante el rediseño de los skateparks, los cuales se hacen instantáneamente reconocibles pero que, aunque no lo parezca, han incorporado ligeras diferencias con respecto al del THPS original. El clásico Warehouse, a primera vista una reproducción cien-por-cien del que recordamos, es en realidad un poco más grande, debido tal vez a la necesidad de ajustar el espacio a la velocidad del juego. La velocidad de este remake, así como la de THPS1 y THPS 2 de PlayStation, está muy ligada a su framerate, esta vez a unos 60 fps inamovibles. Aquí Vicarious Visions sí se dio cuenta del error que cometió Robomodo en el remaster HD de la pasada generación y ajustó no solo este mapa sino todos los skateparks del juego para no caer en el mismo problema.
Lo que faltó
Hemos alabado sin parar a este remake y es que, la verdad, hay muy poco de qué quejarse. Las campañas tienen un ligero defecto y es que, una vez completados los retos, estos están ligados a los mapas/skateparks y no a cada skater. Los retos no se pueden resetear para volver a jugarlos con otros personajes. Es decir que si capturamos todas las letras de S-K-A-T-E, cintas escondidas y logramos puntajes altos con Tony Hawk, ya no podremos hacerlo nuevamente con otras leyendas como Rodney Mullen o Chad Muska ni con los nuevos valores que figuran en el roster de skaters. Es algo que puede solucionarse creando un nuevo usuario en tu PS4 o Xbox One, pero que trae las clásicas complicaciones de compartir contenido en una misma consola.
Otro detalle tiene que ver con cuál versión de Tony Hawk’s Pro Skate 1+2 planeamos comprar. Desde ya recomendamos la edición Deluxe Digital pues al precio de 50 dólares (10 dólares más barata que un lanzamiento regular) incluye los elementos más nostálgicos del juego como la clásica tabla color blanco con la calavera de halcón de Tony Hawk, prendas de vestir emblemáticas como las camisetas de Vision Street Wear y el alocado personaje The Ripper, mascota de la Bones Brigade de Powell Peralta. Desafortunadamente la edición regular de $40 no incluye este contenido al que personalmente considero escencial y me molesta ver atrapado detrás de un paywall.
Conclusión
Tony Hawk’s Pro Skater 1+2 es más que un videojuego; es una celebración de la cultura del skateboard y una recordatorio de como ésta regresó de las cenizas precisamente gracias al título en el que este remake se inspira. Es un cierre de círculo perfecto en lo que a nostalgia se refiere, pero también es un producto interactivo realmente competente. Junto al Shadow of the Colossus de Bluepoint, al CTR de Beenox y al reciente remake de Final Fantasy VII, ésta es una de las mejores reediciones de un videojuego clásico y no me alcanza el scroll para seguir echándole halagos. Recomendado al 120%.
Disclaimer: Este análisis fue realizado jugando una copia para review provista por Activision y el distribuidor local de PlayStation. Esto no efecta la opinión editorial ni puntuación del juego.